Datos:
- Valientes: Javi y Enrico
- Totales: 800 km, 8 días y 10000 m de desnivel acumulados
- Equipaje: 1 remolque + 1 alforjas
- Pinchazos: 2 (+ rajar 1 cubierta)
- Coste/persona: 300 € (regreso incluido)
- Vuelta: Coche de alquiler
- Más datos: enviar correo electrónico a emiracoli@yahoo.es
Día 1: Roncesvalles - Pamplona
- 45 km / 3:48 h / 505 m / casa (cama)
Día 2: Pamplona - Logroño
- 98 km / 9:16 h / 1570 m / albergue (suelo + colchoneta)
Día 3: Logroño - Burgos
- 129 km / 9:29 h / 1795 m / albergue (suelo + esterilla)
Día 4: Burgos - Bercianos del Real Camino
- 141 km / 8:37 h / 875 m / albergue (cama)
Día 5: Bercianos del Real Camino - Foncebadón
- 125 km / 8:57 h / 1170 m / albergue (suelo + esterilla)
Día 6: Foncebadón - Triacastela
- 107 km / 8:38 h / 1585 m / albergue (litera)
Día 7: Triacastela - Melide
- 84 km / 7:14 h / 1555 m / albergue (litera)
Día 8: Melide - Santiago de Compostela
- 72 km / 4.05 / 895 m / hospedaje (cama)
El Perfil
El Relato
Trascrito de un pequeño Diario de Ruta, donde cada día recogíamos nuestras impresiones:
Trascrito de un pequeño Diario de Ruta, donde cada día recogíamos nuestras impresiones:
Día 1 (29/05/2009) Roncesvalles - Pamplona: Tras un fallo de organización clamoros descubrimos que no hay autobús matinal desde Pamplona a Roncesvalles hasta Julio… y nos quedamos tirados en la estación de autobuses. Es viernes y la gente trabaja, aún así hacemos unas llamadas y conseguimos convencer a Aritz para que nos lleve en la furgoneta de Javi hasta el punto de partida. ¡Menudo comienzo! Después de un rato largo llegamos a Rocesvalles y nuestra primera ofrenda consiste en invitar a almorzar a nuestro chófer que por cierto pierde las llaves de la furgoneta, tal vez de la emoción por el almuerzo… las encontramos pero ello no hace que Javi se quede tranquilo y no será hasta la tarde, al recuperar su furgoneta cuando se relaje. Son las 12:00, hace mucho calor y tenemos la tripa llena, pero nos parece un momento perfecto para comenzar la ruta que nos llevará a tierras gallegas: El Camino de Santiago en su variante más popular, la Francesa. Exceptuando la subida a Erro, que es muy pendiente y con cierta exigencia técnica, así como algún tramo de escaleras y de piedras grandes, el camino es ciclable y con desnivel negativo. Lo que, sumado a la belleza de la zona que se transita, convierte los 50 km que se recorren en un continuo disfrute. Después de bajar Erro y pasado Zubiri, el tramo es especialemente bonito: una senda estrecha que discurre por la margen izquierda del río Arga. Llegamos al puente de Iturgaitz donde el camino transita por el “paseo fluvial del Arga”, pista hormigonada que no dejaremos hasta llegar a la capital Navarra. Antes de alcanzar Huarte, nos detenemos al ver un ciclista accidentado en el camino. Lo que parece un sitio inofensivo y un golpe sin importancia, resulta ser una fractura abierta de codo (!). Han avisado ya a la ambulancia pero nos quedamos para ayudar a la misma a encontrar al herido… Seguimos hasta completar los últimos km ya de transición. A las 16:00 estamos en casa donde comeremos y prepararemos ya el remolque y las alforjas para los días venideros.
Día 2 (30/05/2009) Pamplona – Logroño: Llegamos al primer albergue que encontramos en Logroño y claro, como es tarde está ya completo. Nos mandan a la casa parroquial donde nos atiende un figura de cuidado, de hecho después de ayudarnos se marcha a Viana a dar un concierto con su grupo de rock, “Iraultza”. Nos comenta que echan el cerrojo a las 22:00 y nos vamos raudos a la calle Laurel a degustar unos pinchos y un poco de tintorro, que nos lo hemos ganado. Huevos rotos, Champis y Mollejas, entre otros, componen nuestro menú. No nos da tiempo para más y nos vamos a dormir que si no nos quedamos fuera. Atrás han quedado la larga subida al Perdón, el puerto despúes de Puente la Reina bajo el sofocante sol, la fruta que nos brindan los andaluces en su cima y los motoristas haciendo carreras en alguna carretera cercana. También llegar a Estella donde compramos la comida del día, que no disfrutaremos hasta llegar a Iratxe. Regamos los alimentos de vino obtenido de la Fuente de Vino que la bodega (que lleva el nombre del monasterio que aquí se erige) ofrece al peregrino. También queda atrás el continuar la marcha con el sol en su plenitud por la inquietud de Javi… Para él esta ruta es una prueba pues no ha hecho ninguna antes en bicicleta. Como primer día se ha caído una vez pero sin consecuencias. Por lo demás ha ido muy bien. Se le suben las bolas al llegar a Logroño pero no es de extrañar, ya que el camino por todos los pueblos que transita lo hace haciéndonos subir hasta la punta más alta de los mismos… para luego bajar! Para hacerlo más duro si cave, en muchos de ellos son fiestas. Nos encontramos muchos peregrinos y el timbre hace su labor. En fin, son las 22:20 y los únicos libros que tenemos por aquí son la Biblia ó Misal Para Celebraciones con Niños… A DORMIR!
Día 3 (31/05/2009) Logroño – Burgos: Nos levantamos a las 7:00 y tenemos desayuno preparado, menudo triunfo! Al salir coincidimos con el cura que nos abre la puerta para que cojamos las bicis. Montamos las alforjas y el carrito, sellamos la credencial y estamos listos, otra vez a poner la resistencia de nuestra ingle a prueba. Un embalse y un paseo muy bonito nada más salir y a partir de ahí a subir y es que en la etapa de hoy toca subir. Mucho pregrino en el camino. Llegamos a Santo Domingo de la Calzada y nuestros estómagos nos dejan claro que es hora de comer. Como es Domingo está todo cerrado y sólo encontramos abierta una panadería. Pan multicereal, queso y lomo ibérico forman nuestro menú, también chocolate con almendras a modo de postre. Javi consigue entrar en la iglesia y ver el gallo y la cripta de Sto Domingo. Seguimos camino y nos toca de nuevo subir, estamos cerca de la Sierra de la Demanda. Vemos a Ronaldo y su “bici tumbada” por primera vez, pero de manera fugaz. Por delante tenemos una subida de aupa, larga y con mucha pendiente, de hecho nos lleva hasta los 1100 m de altitud. Llegamos arriba y alcanzamos una cresta que seguiremos durante varios km hasta empezar la bajada. Bajada que nos lleva hasta Pereje donde paramos a tomar un helado que hace, también, mucho calor. Vemos más ciclistas pero parten veloces justo cuando llegamos. Visitamos la iglesia, recogemos y de nuevo a nuestras monturas. Atapuerca está a escasos km, vemos las ruinas arqueológicas que están en un lugar inesperado, en mitad de la llanura. No paramos y nada más dejar la población, una bonita cuesta nos hace subir un cerro desde donde divisamos Burgos en la lejanía. Se agradece la larga bajada que nos lleva hasta una carretera secundaria que no dejaremos hasta entrar en la urbe. Entrada a Burgos horrible (polígono industrial, avenida de varios carriles, etc) pero la vista de la catedral lo compensa. Vamos al albergue que está junto a la catedral (¡vaya tinglado tienen montado!) y como se les han acabado las camas nos dan 2 esterillas olvidadas y nos ofrecen el suelo en un salón con más gente. Nos vamos a comer algo de morcilla y como hay que volver antes de que cierren, rápido para el albergue. Conocemos, ahora sí, a un americano que tiene 1000 historias para contar. Resulta ser Ronaldo, el de la bici tumbada de antes. Nos pasa su web (www.bikerontheroad.com).
Día 4 (01/06/2009) Burgos – Bercianos del Real Camino: Noche curiosa, dormimos mal y nos despiertan pronto, primero los que madrugan mucho que no terminan de respetar a los que duermen y luego el propio albergue que por megafonía, y tras encender las luces, nos invita a dejar las instalaciones antes de la 8:00. Salimos de Burgos pero no sin desayunar. Elegimos muy mal el sitio, a la entrada de la universidad y, con la excusa de que somos peregrinos, nos sablan. Hace bastante frío y nos abrigamos para los primeros km. Hay mucho peregrino y la salida de Burgos es también bastante fea. Lo que se suponía una etapa llana, no lo es tal y hay bastantes cuestas. Es cierto que también hay mucho llano y sacamos media alta (≈ 25 km/h). Llegamos a un pueblo con una iglesia muy bonita, muy grande para el tamaño del pueblo, nos acordamos de Eric el Rojo… Vemos a “Los Bilbainos”, los pasamos y de frente, a lo lejos, vemos una meseta y una cuesta que nos convencemos de que no “nos harán subir”. Erramos en nuestro pronóstico, tanto es así que además es una sbida con renombre: “Matajudíos” le llaman, ¡vaya tela! Al llegar a arriba repostamos al tiempo que conversamos con una barcelonesa y una italiana sobre los devenires del Camino, que ellas recorren a pie. Alcanzamos y seguimos el Canal de Castilla hasta unas exclusas en desuso que antaño empleaban las barcas para salvar 14.2 m de desnivel. Llegamos a Frómista y decidimos almorzar en condiciones, huevos, jamón, queso y tinto con gaseosa… Seguimos y tras superar Carrión de los Condes la llanura y las rectas interminables junto con un sol de justicia nos acompañan al tiempo que minan nuestra moral. Raro es ver peregrinos a esas horas, bajo el sol (son más listos que nosotros…) y es que es un tramo de 17 km sin agua. Llegamos a Shagún y hacemos compra pensando en cocinar en el albergue al llegar. Queremos parar en un pueblito tranquilo y descansar. 10 km después llegamos a Bercianos del Real Camino y preguntando encontramos el albergue municipal. Un lugar con encanto, es un edificio del s. XVI rehabilitado y que esa noche albergaba a 41 personas. Nos comentan que hay cena comunitaria en la que todos cooperaremos (mesa, fregar, vino). Además, dado el número de extranjeros, nos piden traducir lo que las hospitaleras cuentan y explican. Conocemos gente española y charlamos un rato pero nos alejamos un poco para estar tranquilos y relajados por un momento. Pronto a la cama que a las 22:00 chapan…
Día 5 (02/06/2009) Bercianos del Real Camino – Foncebadón: Nos levantamos a las 7:15 y somos prácticamente los últimos. Bajamos y tenemos de todo para desayunar (pan, mantequilla, mermelada, café, cacao, etc) nos ponemos hasta arriba, para variar. En marcha y otra vez con chaqueta para empezar que hace fresco. Vamos poco a poco adelantando a tood@s l@s albergusitas que nos saludan, aunque no parecen de muy buen humor. De nuevo hacemos buena media y pronto nos acercamos a León, Los últimos km son muy malos y atravesamos polígonos, barriadas periféricas y demás chungeces que además de peligrosas, están mal señalizadas. Llegamos finalmente a León y vamos hasta la catedral. Entramos a verla y es que es impresionante. Queremos almorzar y así gastar lo que cargamos desde Shagún y que no utilizamos en el albergue. Nos vamos a unos jardines, buscamos una sombra y abrimos la hogaza, la untamos de tomate, aliñamos con aceite de oliva y sal. Alternamos mordiscos de pan con mordiscos de fuet. Nos comemos también el plátano y la magdalena con trocitos de chocolate, vamos: hasta arriba otra vez! Emprendemos camino dirección Astorga pero antes conocemos a un par de figuras de cuidado, el del barrio y el de bermudas con calcetines… Nos econtramos con la parte más fea y más peligrosa del camino, con diferencia. Mal señalizado, tramos de carretera con mucho tráfico, poblaciones enrevesadas… encima hace mucho calor. Nos juntamos con otros cuatro cilcistas y recorremos juntos el camino, ahora, paralelo a la carretera hasta Hospital de Órbigo. Nos reciben un puente muy bonito y un recinto para duelos medievales. Decidimos ir hasta Astorga para comer y por fin el camino vuelve a ser bonito, si bien, tira para arriba. Comemos unos platos combinados, unas bravas y una ensalada cerca de la catedral, todo ello regado de cerveza helada que entra sola. ¡Encima es barato! Esperamos un poco antes de salir hacia Foncebadón, pero aún así nos cae un sol de justicia nada más abandonar las calles de Astorga. Con semejante sol el camino pica para arriba y es que hay que salvar mucho desnivel. Un hombre nos indica a la entrada de un pueblo y nos dice que la Cruz de Hierro está muy cerca y poco más alta que nuestro destino de hoy. Llegamos finalmente al rústico pueblo de piedra y nos dicen que no queda sitio en el albergue. Son 19:30 y están ya sentados en la mesa para cenar (!). Nos atienden a medias pero terminamos quedándonos aunque tengamos que dormir en el suelo de piedra del comedor. Nos dejan unas esterillas pero el suelo es duro, duro… Dormir es una quimera, para colmo el comedar se prepara antes de las 6:00 para los más madrugadores, así que nos dan el “buenos días” a las 5:55, esto sí que es sufrir.
Día 6 (03/06/2009) Foncebadón – Triacastela: Desayunamos poco y nos vamos, está todavía oscuro… una senda pedregosa repleta de peregrinos, que nos saludan acordándose que fregamos todos los platos la noche anterior, nos lleva hasta la Cruz de Hierro. Pequeña pieza de forja asentada sobre un mástil de madera de unos 4 m. Dejamos nuestras piedras y seguimos camino, esta vez para abajo. La friolera de 26 km de descenso hacia a Ponferrada que nos dejan, entre otras cosas, el primer pinchazo de la ruta. Cambiamos (yo, porque Javi no ha cambiado nunca una rueda antes…) y seguimos. Es pronto pero tenemos ya hambre, así buscamos un sitio para almorzar, encontramos uno muy casta donde nos hacen unos huevos con bacon y donde por cada bebida que pedimos nos la acompañan con una tapa, incluso el café lo acompañan de un churro… Nos quedamos saciados pero la paliza que llavamos encima no desaparece y es que casi no hemos dormido… Seguimos camino. Un bonito tramo donde aparecen los primeros vendedores de cerezas. Estamos en temporada y todos los cultivos que atravesamos tienen ya esquilmadas las ramas más próximas al Camino, estos peregrinos… Las cuestas predominan, para arriba y para abajo, lo que nos indica que nos acercamos a Galicia. En el siguiente pueblo, Vega de Valcarce, preguntamos por el resto de la etapa y principalmente por la subida a O Cebreiro que que se adivina peor que la Cruz de Hierro. Una dicharachera cerecera nos dice que no es para tanto y eso nos da moral, que tanta falta nos hace. Atravesamos el pueblo por su núcleo histórico plagado de empinadas cuestas, para terminar en la carretera que nos llevará hasta la base de la subida O Cebreiro. A pesar del murete de hormigón que protege El Camino, éste cruza en numerosas ocasiones la calzada con el consiguiente peligro. Paramos en una panadería astesana donde, para nuestro agrado, tiene preparadaslas tan típicas empanadas gallegas. Probamos las de atún y de acelga, ambas exquisitas. Acompañamos con cerveza para que el festín sea completo. Mientras Enrico mantiene una conferencia de trabajo (!), Javi pone a prueba su cuello con sendos cabezazos al quedarse frito en la silla. De nuevo sobre nuestras monturas, encontramos numerosos ciclistas en la ruta, todos nos aconsejan no tomar el El Camino para la subida a O Cebreiro por su mal estado y ciclabilidad. Optamos por hacerles caso y subimos por una carreterita que nos lleva hasta La Laguna primero y hasta O Cebreiro después. Es una subida larga y con pendientes razonables, no en vano se salvan 600 m de desnivel. Arriba hace frío pero el pueblo es muy bonito, con casas y calles de piedra. Se ve todo restaurado y preparado para el turismo lo que le resta atractivo pero aún y todo es un lugar con encanto. Ahora sí, estamos en Galicia y eso hay que celebrarlo, para ello nos calzamos un Pote Gallego y una Tabla de Pulpo. Ahora sí que se ven las cosas de otra manera… Se supone que ahora es todo para abajo, pero enseguida descubrimos que no es del así. El Alto del Poio no es nada despreciabley menos por El Camino, donde encontramos unas rampasque justamente podemos hacer sobre la bicicleta. Una vez supero el alto, donde reside un majestuoso monumento al peregrino, empezamos ya definitivamente el descenso hacia Triacastela. Disfrutamos mucho de la bajada que a la postre se convertirá en loa más bonito de todo el recorrido, bajo nuestro parecer. El paisaje montañoso del principio y los bosques de después. La frondosa y verde vegetación, junto con lo virgen de las laderas dan paso a pequeños pueblos ganaderos donde curiósamente la mano de obra predominante es femenina. Pequeños rebaños de vacuno y bobino, mezclados con pequeños huertos a los lados del camino, conforman los parajes que vamos dejando atrás. Por ellos transitamos hasta encontrarnos con un castaño casi milenario que preside la entrada más alejada de Triacastela. Hemos llegado y hay que buscar alojamiento, los albergues están copados por lo tarde que arrivamos pero encontramos cama en uno con nombre en Euskera: Aitzenea. Tenemos cocina y vamos a la tienda a comprar. Cocinamos pasta con todo (pimiento, berengena, cebolla, tomate y queso). El vino no puede faltar y como si añoráramos las tierras pasadas degustamos un tinto joven del Bierzo, muy rico por cierto. Saciados, salimos fuera a disfrutar de la agradable noche.
Día 7 (04/06/2009) Triacastela – Melide: A las 7:00 diana. Dormimos mejor pero tampoco mucho, la habitación es muy grande y los ronquidos están a la orden del día. No pasa nada, nos vamos acostumbrando. Además tenemos un desayuno que lo compensa. Preparamso tostadas de pan gallego co aceite, tomate y queso. Tres rebanadas para cada uno. Eso sí es empezar bien el día. No tanto en lo climatológico, donde el día amanece muy gris y con niebla. Iniciamos la marcha y las bellas sendas del principio ya nos auguran un duro día. Todo repleto de subidas y bajadas donde es muy costoso hacer km. A pesar de que queda compensado por lo bonito de la orografía el no ver subir la renta de km nos va minando la moral. Así llegamos a a un largo puente que une las 2 orillas del río Miño, embalsado a su paso por Portomarín, población en la que reponemos fuerzas: Croquetas, Lacón asado y Ribeiro. El objetivo de la etapa es llegar a Melide donde nos han dicho que el pulpo tiene mucha fama. Empleamos gran parte de la tarde en llegar a Melide. Además tenemso un percance en la cubierta de atrás de la bici de Javi. Se ha rajado por un lado y ha rebentado la cámara. No podemos cambiarla pues no tenemos cubierta de repuesto, así que hacemos un apaño con varios trozos de cámara e hinchamos. Tenemos que llegar hasta Sarria, ha unos 4 km, donde pueden tener cubierta nueva… Conseguimos llegar y en efecto, encontramos una tienda donde nos ofrecen una cubierta vieja pero a estrenar, nos cuesta 9 €. Arreglamos y para adelante. Hemos tenido suerte, la avería ha ocurrido en un buen sitio… Llegamos al único albergue de Melide, cosa que nos sorprende pues es una población grande. Llegamos pronto para variar y hay que esperar hasta las 18:30 porque los peregrinos tienen preferencia, lógico. Entramos en tropel, coger cama, ducharse y a por pulpo. Nos pasamos, qué raro, 3 tablas de pulpo y 3 botellas de Ribeiro que disfrutamos en compañía de un jerezano y 2 bilbainos. Se aproxima el toque de queda y nos marchamos hacia el albergue al que no entramos sin antes degustar nuestro primer orujito del camino. En el albergue hay mucha gente pero estamos cansados y optamos por la cama directamente.
Día 8 (05/06/2009) Melide – Santiago de Compostela: Nos despierta la gente, que no respeta nada, principalmente los extrangeros que cuando se despeiertan, empiezan a bociferar sin importarles los demás. Coincidimos en la hora con el jerezano, hecho que hace que salgamos los tres a la vez y no deshagamos la grupeta ya hasta Santiago. El camino es muy bonito en esta zona y está muy animado dada la cantidad de peregrinos que lo transitan. Tenemos una etapa corta por delante y nos la tomamos con tranquilidad. Hay que salvar más desnivel delq ue preveíamos pero poco a poco nos vamos acercando nuestro destino. Alcanzamos al fin el Monte do Gozo y por primera vez, y a falta de 6 km, se divisa Santiago. Ahora sí, el último tramo es todo bajada hasta la urbe y únicamente nos queda serpentear por las calles, periféricas al principio y más céntricas después. Así hasta alcanzar el casco histórico donde tras varias plazas y cruces aparecemos en la trasera de la catedral. De ahí unas escalinatas, un pórtico, y ¡ya! Entramos en la Plaza del Obradoiro: META. Ha salido el sol como queriendo celebrar con nosotros el haber alcanzado el destino. Nos felicitamos, inmortalizamos el momento y nos bajamos, ya definitivamente de la bicicleta. Hemos llegado.
Dia 9 (06/06/2009) La Vuelta: Al igual que es necesario hacerse con una credencial al comenzar El Camino e ir sellándola para acceder a los albergues, es necesario pensar en cómo se va a volver de Santiago. Nuestra recomendación es que dicha vuelta, con las bicis, sea el aspecto que más se prepare de la ruta. Nosotros no lo hicimos así y nos causó algún quebradero de cabeza. Por lo que investigamos, la mejor opción es hacer una reserva con alguna de las empresas de alquiler de coche que operan en Santiago (en la estación de tren). Algo más económico es el autobús, en el que se pueden meter las bicis simplemente forrándolas con plástico, pero tarda muchas más horas. Nosotros terminamos compartiendo una furgoneta de carga con unas chicas de Vitoria y San Sebastián La furgoneta la devolvimos en Pamplona y nos costó 220 € + gasolina + peajes. Todos los coches estaban reservados…
Día 2 (30/05/2009) Pamplona – Logroño: Llegamos al primer albergue que encontramos en Logroño y claro, como es tarde está ya completo. Nos mandan a la casa parroquial donde nos atiende un figura de cuidado, de hecho después de ayudarnos se marcha a Viana a dar un concierto con su grupo de rock, “Iraultza”. Nos comenta que echan el cerrojo a las 22:00 y nos vamos raudos a la calle Laurel a degustar unos pinchos y un poco de tintorro, que nos lo hemos ganado. Huevos rotos, Champis y Mollejas, entre otros, componen nuestro menú. No nos da tiempo para más y nos vamos a dormir que si no nos quedamos fuera. Atrás han quedado la larga subida al Perdón, el puerto despúes de Puente la Reina bajo el sofocante sol, la fruta que nos brindan los andaluces en su cima y los motoristas haciendo carreras en alguna carretera cercana. También llegar a Estella donde compramos la comida del día, que no disfrutaremos hasta llegar a Iratxe. Regamos los alimentos de vino obtenido de la Fuente de Vino que la bodega (que lleva el nombre del monasterio que aquí se erige) ofrece al peregrino. También queda atrás el continuar la marcha con el sol en su plenitud por la inquietud de Javi… Para él esta ruta es una prueba pues no ha hecho ninguna antes en bicicleta. Como primer día se ha caído una vez pero sin consecuencias. Por lo demás ha ido muy bien. Se le suben las bolas al llegar a Logroño pero no es de extrañar, ya que el camino por todos los pueblos que transita lo hace haciéndonos subir hasta la punta más alta de los mismos… para luego bajar! Para hacerlo más duro si cave, en muchos de ellos son fiestas. Nos encontramos muchos peregrinos y el timbre hace su labor. En fin, son las 22:20 y los únicos libros que tenemos por aquí son la Biblia ó Misal Para Celebraciones con Niños… A DORMIR!
Día 3 (31/05/2009) Logroño – Burgos: Nos levantamos a las 7:00 y tenemos desayuno preparado, menudo triunfo! Al salir coincidimos con el cura que nos abre la puerta para que cojamos las bicis. Montamos las alforjas y el carrito, sellamos la credencial y estamos listos, otra vez a poner la resistencia de nuestra ingle a prueba. Un embalse y un paseo muy bonito nada más salir y a partir de ahí a subir y es que en la etapa de hoy toca subir. Mucho pregrino en el camino. Llegamos a Santo Domingo de la Calzada y nuestros estómagos nos dejan claro que es hora de comer. Como es Domingo está todo cerrado y sólo encontramos abierta una panadería. Pan multicereal, queso y lomo ibérico forman nuestro menú, también chocolate con almendras a modo de postre. Javi consigue entrar en la iglesia y ver el gallo y la cripta de Sto Domingo. Seguimos camino y nos toca de nuevo subir, estamos cerca de la Sierra de la Demanda. Vemos a Ronaldo y su “bici tumbada” por primera vez, pero de manera fugaz. Por delante tenemos una subida de aupa, larga y con mucha pendiente, de hecho nos lleva hasta los 1100 m de altitud. Llegamos arriba y alcanzamos una cresta que seguiremos durante varios km hasta empezar la bajada. Bajada que nos lleva hasta Pereje donde paramos a tomar un helado que hace, también, mucho calor. Vemos más ciclistas pero parten veloces justo cuando llegamos. Visitamos la iglesia, recogemos y de nuevo a nuestras monturas. Atapuerca está a escasos km, vemos las ruinas arqueológicas que están en un lugar inesperado, en mitad de la llanura. No paramos y nada más dejar la población, una bonita cuesta nos hace subir un cerro desde donde divisamos Burgos en la lejanía. Se agradece la larga bajada que nos lleva hasta una carretera secundaria que no dejaremos hasta entrar en la urbe. Entrada a Burgos horrible (polígono industrial, avenida de varios carriles, etc) pero la vista de la catedral lo compensa. Vamos al albergue que está junto a la catedral (¡vaya tinglado tienen montado!) y como se les han acabado las camas nos dan 2 esterillas olvidadas y nos ofrecen el suelo en un salón con más gente. Nos vamos a comer algo de morcilla y como hay que volver antes de que cierren, rápido para el albergue. Conocemos, ahora sí, a un americano que tiene 1000 historias para contar. Resulta ser Ronaldo, el de la bici tumbada de antes. Nos pasa su web (www.bikerontheroad.com).
Día 4 (01/06/2009) Burgos – Bercianos del Real Camino: Noche curiosa, dormimos mal y nos despiertan pronto, primero los que madrugan mucho que no terminan de respetar a los que duermen y luego el propio albergue que por megafonía, y tras encender las luces, nos invita a dejar las instalaciones antes de la 8:00. Salimos de Burgos pero no sin desayunar. Elegimos muy mal el sitio, a la entrada de la universidad y, con la excusa de que somos peregrinos, nos sablan. Hace bastante frío y nos abrigamos para los primeros km. Hay mucho peregrino y la salida de Burgos es también bastante fea. Lo que se suponía una etapa llana, no lo es tal y hay bastantes cuestas. Es cierto que también hay mucho llano y sacamos media alta (≈ 25 km/h). Llegamos a un pueblo con una iglesia muy bonita, muy grande para el tamaño del pueblo, nos acordamos de Eric el Rojo… Vemos a “Los Bilbainos”, los pasamos y de frente, a lo lejos, vemos una meseta y una cuesta que nos convencemos de que no “nos harán subir”. Erramos en nuestro pronóstico, tanto es así que además es una sbida con renombre: “Matajudíos” le llaman, ¡vaya tela! Al llegar a arriba repostamos al tiempo que conversamos con una barcelonesa y una italiana sobre los devenires del Camino, que ellas recorren a pie. Alcanzamos y seguimos el Canal de Castilla hasta unas exclusas en desuso que antaño empleaban las barcas para salvar 14.2 m de desnivel. Llegamos a Frómista y decidimos almorzar en condiciones, huevos, jamón, queso y tinto con gaseosa… Seguimos y tras superar Carrión de los Condes la llanura y las rectas interminables junto con un sol de justicia nos acompañan al tiempo que minan nuestra moral. Raro es ver peregrinos a esas horas, bajo el sol (son más listos que nosotros…) y es que es un tramo de 17 km sin agua. Llegamos a Shagún y hacemos compra pensando en cocinar en el albergue al llegar. Queremos parar en un pueblito tranquilo y descansar. 10 km después llegamos a Bercianos del Real Camino y preguntando encontramos el albergue municipal. Un lugar con encanto, es un edificio del s. XVI rehabilitado y que esa noche albergaba a 41 personas. Nos comentan que hay cena comunitaria en la que todos cooperaremos (mesa, fregar, vino). Además, dado el número de extranjeros, nos piden traducir lo que las hospitaleras cuentan y explican. Conocemos gente española y charlamos un rato pero nos alejamos un poco para estar tranquilos y relajados por un momento. Pronto a la cama que a las 22:00 chapan…
Día 5 (02/06/2009) Bercianos del Real Camino – Foncebadón: Nos levantamos a las 7:15 y somos prácticamente los últimos. Bajamos y tenemos de todo para desayunar (pan, mantequilla, mermelada, café, cacao, etc) nos ponemos hasta arriba, para variar. En marcha y otra vez con chaqueta para empezar que hace fresco. Vamos poco a poco adelantando a tood@s l@s albergusitas que nos saludan, aunque no parecen de muy buen humor. De nuevo hacemos buena media y pronto nos acercamos a León, Los últimos km son muy malos y atravesamos polígonos, barriadas periféricas y demás chungeces que además de peligrosas, están mal señalizadas. Llegamos finalmente a León y vamos hasta la catedral. Entramos a verla y es que es impresionante. Queremos almorzar y así gastar lo que cargamos desde Shagún y que no utilizamos en el albergue. Nos vamos a unos jardines, buscamos una sombra y abrimos la hogaza, la untamos de tomate, aliñamos con aceite de oliva y sal. Alternamos mordiscos de pan con mordiscos de fuet. Nos comemos también el plátano y la magdalena con trocitos de chocolate, vamos: hasta arriba otra vez! Emprendemos camino dirección Astorga pero antes conocemos a un par de figuras de cuidado, el del barrio y el de bermudas con calcetines… Nos econtramos con la parte más fea y más peligrosa del camino, con diferencia. Mal señalizado, tramos de carretera con mucho tráfico, poblaciones enrevesadas… encima hace mucho calor. Nos juntamos con otros cuatro cilcistas y recorremos juntos el camino, ahora, paralelo a la carretera hasta Hospital de Órbigo. Nos reciben un puente muy bonito y un recinto para duelos medievales. Decidimos ir hasta Astorga para comer y por fin el camino vuelve a ser bonito, si bien, tira para arriba. Comemos unos platos combinados, unas bravas y una ensalada cerca de la catedral, todo ello regado de cerveza helada que entra sola. ¡Encima es barato! Esperamos un poco antes de salir hacia Foncebadón, pero aún así nos cae un sol de justicia nada más abandonar las calles de Astorga. Con semejante sol el camino pica para arriba y es que hay que salvar mucho desnivel. Un hombre nos indica a la entrada de un pueblo y nos dice que la Cruz de Hierro está muy cerca y poco más alta que nuestro destino de hoy. Llegamos finalmente al rústico pueblo de piedra y nos dicen que no queda sitio en el albergue. Son 19:30 y están ya sentados en la mesa para cenar (!). Nos atienden a medias pero terminamos quedándonos aunque tengamos que dormir en el suelo de piedra del comedor. Nos dejan unas esterillas pero el suelo es duro, duro… Dormir es una quimera, para colmo el comedar se prepara antes de las 6:00 para los más madrugadores, así que nos dan el “buenos días” a las 5:55, esto sí que es sufrir.
Día 6 (03/06/2009) Foncebadón – Triacastela: Desayunamos poco y nos vamos, está todavía oscuro… una senda pedregosa repleta de peregrinos, que nos saludan acordándose que fregamos todos los platos la noche anterior, nos lleva hasta la Cruz de Hierro. Pequeña pieza de forja asentada sobre un mástil de madera de unos 4 m. Dejamos nuestras piedras y seguimos camino, esta vez para abajo. La friolera de 26 km de descenso hacia a Ponferrada que nos dejan, entre otras cosas, el primer pinchazo de la ruta. Cambiamos (yo, porque Javi no ha cambiado nunca una rueda antes…) y seguimos. Es pronto pero tenemos ya hambre, así buscamos un sitio para almorzar, encontramos uno muy casta donde nos hacen unos huevos con bacon y donde por cada bebida que pedimos nos la acompañan con una tapa, incluso el café lo acompañan de un churro… Nos quedamos saciados pero la paliza que llavamos encima no desaparece y es que casi no hemos dormido… Seguimos camino. Un bonito tramo donde aparecen los primeros vendedores de cerezas. Estamos en temporada y todos los cultivos que atravesamos tienen ya esquilmadas las ramas más próximas al Camino, estos peregrinos… Las cuestas predominan, para arriba y para abajo, lo que nos indica que nos acercamos a Galicia. En el siguiente pueblo, Vega de Valcarce, preguntamos por el resto de la etapa y principalmente por la subida a O Cebreiro que que se adivina peor que la Cruz de Hierro. Una dicharachera cerecera nos dice que no es para tanto y eso nos da moral, que tanta falta nos hace. Atravesamos el pueblo por su núcleo histórico plagado de empinadas cuestas, para terminar en la carretera que nos llevará hasta la base de la subida O Cebreiro. A pesar del murete de hormigón que protege El Camino, éste cruza en numerosas ocasiones la calzada con el consiguiente peligro. Paramos en una panadería astesana donde, para nuestro agrado, tiene preparadaslas tan típicas empanadas gallegas. Probamos las de atún y de acelga, ambas exquisitas. Acompañamos con cerveza para que el festín sea completo. Mientras Enrico mantiene una conferencia de trabajo (!), Javi pone a prueba su cuello con sendos cabezazos al quedarse frito en la silla. De nuevo sobre nuestras monturas, encontramos numerosos ciclistas en la ruta, todos nos aconsejan no tomar el El Camino para la subida a O Cebreiro por su mal estado y ciclabilidad. Optamos por hacerles caso y subimos por una carreterita que nos lleva hasta La Laguna primero y hasta O Cebreiro después. Es una subida larga y con pendientes razonables, no en vano se salvan 600 m de desnivel. Arriba hace frío pero el pueblo es muy bonito, con casas y calles de piedra. Se ve todo restaurado y preparado para el turismo lo que le resta atractivo pero aún y todo es un lugar con encanto. Ahora sí, estamos en Galicia y eso hay que celebrarlo, para ello nos calzamos un Pote Gallego y una Tabla de Pulpo. Ahora sí que se ven las cosas de otra manera… Se supone que ahora es todo para abajo, pero enseguida descubrimos que no es del así. El Alto del Poio no es nada despreciabley menos por El Camino, donde encontramos unas rampasque justamente podemos hacer sobre la bicicleta. Una vez supero el alto, donde reside un majestuoso monumento al peregrino, empezamos ya definitivamente el descenso hacia Triacastela. Disfrutamos mucho de la bajada que a la postre se convertirá en loa más bonito de todo el recorrido, bajo nuestro parecer. El paisaje montañoso del principio y los bosques de después. La frondosa y verde vegetación, junto con lo virgen de las laderas dan paso a pequeños pueblos ganaderos donde curiósamente la mano de obra predominante es femenina. Pequeños rebaños de vacuno y bobino, mezclados con pequeños huertos a los lados del camino, conforman los parajes que vamos dejando atrás. Por ellos transitamos hasta encontrarnos con un castaño casi milenario que preside la entrada más alejada de Triacastela. Hemos llegado y hay que buscar alojamiento, los albergues están copados por lo tarde que arrivamos pero encontramos cama en uno con nombre en Euskera: Aitzenea. Tenemos cocina y vamos a la tienda a comprar. Cocinamos pasta con todo (pimiento, berengena, cebolla, tomate y queso). El vino no puede faltar y como si añoráramos las tierras pasadas degustamos un tinto joven del Bierzo, muy rico por cierto. Saciados, salimos fuera a disfrutar de la agradable noche.
Día 7 (04/06/2009) Triacastela – Melide: A las 7:00 diana. Dormimos mejor pero tampoco mucho, la habitación es muy grande y los ronquidos están a la orden del día. No pasa nada, nos vamos acostumbrando. Además tenemos un desayuno que lo compensa. Preparamso tostadas de pan gallego co aceite, tomate y queso. Tres rebanadas para cada uno. Eso sí es empezar bien el día. No tanto en lo climatológico, donde el día amanece muy gris y con niebla. Iniciamos la marcha y las bellas sendas del principio ya nos auguran un duro día. Todo repleto de subidas y bajadas donde es muy costoso hacer km. A pesar de que queda compensado por lo bonito de la orografía el no ver subir la renta de km nos va minando la moral. Así llegamos a a un largo puente que une las 2 orillas del río Miño, embalsado a su paso por Portomarín, población en la que reponemos fuerzas: Croquetas, Lacón asado y Ribeiro. El objetivo de la etapa es llegar a Melide donde nos han dicho que el pulpo tiene mucha fama. Empleamos gran parte de la tarde en llegar a Melide. Además tenemso un percance en la cubierta de atrás de la bici de Javi. Se ha rajado por un lado y ha rebentado la cámara. No podemos cambiarla pues no tenemos cubierta de repuesto, así que hacemos un apaño con varios trozos de cámara e hinchamos. Tenemos que llegar hasta Sarria, ha unos 4 km, donde pueden tener cubierta nueva… Conseguimos llegar y en efecto, encontramos una tienda donde nos ofrecen una cubierta vieja pero a estrenar, nos cuesta 9 €. Arreglamos y para adelante. Hemos tenido suerte, la avería ha ocurrido en un buen sitio… Llegamos al único albergue de Melide, cosa que nos sorprende pues es una población grande. Llegamos pronto para variar y hay que esperar hasta las 18:30 porque los peregrinos tienen preferencia, lógico. Entramos en tropel, coger cama, ducharse y a por pulpo. Nos pasamos, qué raro, 3 tablas de pulpo y 3 botellas de Ribeiro que disfrutamos en compañía de un jerezano y 2 bilbainos. Se aproxima el toque de queda y nos marchamos hacia el albergue al que no entramos sin antes degustar nuestro primer orujito del camino. En el albergue hay mucha gente pero estamos cansados y optamos por la cama directamente.
Día 8 (05/06/2009) Melide – Santiago de Compostela: Nos despierta la gente, que no respeta nada, principalmente los extrangeros que cuando se despeiertan, empiezan a bociferar sin importarles los demás. Coincidimos en la hora con el jerezano, hecho que hace que salgamos los tres a la vez y no deshagamos la grupeta ya hasta Santiago. El camino es muy bonito en esta zona y está muy animado dada la cantidad de peregrinos que lo transitan. Tenemos una etapa corta por delante y nos la tomamos con tranquilidad. Hay que salvar más desnivel delq ue preveíamos pero poco a poco nos vamos acercando nuestro destino. Alcanzamos al fin el Monte do Gozo y por primera vez, y a falta de 6 km, se divisa Santiago. Ahora sí, el último tramo es todo bajada hasta la urbe y únicamente nos queda serpentear por las calles, periféricas al principio y más céntricas después. Así hasta alcanzar el casco histórico donde tras varias plazas y cruces aparecemos en la trasera de la catedral. De ahí unas escalinatas, un pórtico, y ¡ya! Entramos en la Plaza del Obradoiro: META. Ha salido el sol como queriendo celebrar con nosotros el haber alcanzado el destino. Nos felicitamos, inmortalizamos el momento y nos bajamos, ya definitivamente de la bicicleta. Hemos llegado.
Dia 9 (06/06/2009) La Vuelta: Al igual que es necesario hacerse con una credencial al comenzar El Camino e ir sellándola para acceder a los albergues, es necesario pensar en cómo se va a volver de Santiago. Nuestra recomendación es que dicha vuelta, con las bicis, sea el aspecto que más se prepare de la ruta. Nosotros no lo hicimos así y nos causó algún quebradero de cabeza. Por lo que investigamos, la mejor opción es hacer una reserva con alguna de las empresas de alquiler de coche que operan en Santiago (en la estación de tren). Algo más económico es el autobús, en el que se pueden meter las bicis simplemente forrándolas con plástico, pero tarda muchas más horas. Nosotros terminamos compartiendo una furgoneta de carga con unas chicas de Vitoria y San Sebastián La furgoneta la devolvimos en Pamplona y nos costó 220 € + gasolina + peajes. Todos los coches estaban reservados…
3 comentarios:
Aupa Enrico¡
No ves como es una ruta fenomenal?
En mi ciudad me gusta andar en bici, pero cuando llego a otro sitio me resulta mas complicado encontrar donde puedo obtener una, por eso me gustaría que brindaras informacion acerca de cómo trasladar la suya en avión. Te aconsejo que Haga su reserva ahora y disfrute de la mejor oferta de boletos de avion para su viaje hacia Argentina porque tenemos un país maravilloso. Un saludo
Bravo! Qué fuertes?
Qué tipo de bici tenian? Cual era el tamaño de vuestros neumaticos? Cual era el peso de vuestras bicis?
Gracias!
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