Ulan Bator - Pekín en BTT (Julio 2008)

Ulan Bator - Pekín en BTT (Julio 2008): 1400 km para unir las capitales de Mongolia y China. Partiendo de las tierras de Genghis Khan y atravesando la Estepa Mongoliana, adentrándonos en el Desierto del Gobi y admirando la Gran Muralla China para alcanzar finalmente la Ciudad Prohibida o Palacio Imperial, ya en Pekín…

Datos:
- Valientes: Elvira, David, Vicente y Enrico
- Totales: 1400 km, 14 días y 70 horas sobre la bici
- Equipaje: 2 remolques + 2 alforjas
- Agua/persona/día (max): 5 litros
- Pinchazos: 25-30 (malditos pinchos del Gobi...)
- Coste/persona: 2000 € (turismo en Pekín incluido)


Día 1: Ulan Bator - Nalayh
- 56 km / ... / ... / carretera / en tiendas
Día 2: Nalayh - Estepa Mongoliana
- 97 km / ... / 14.7 km/h / camino / en tiendas
Día 3: Estepa Mongoliana - Choyr
- 109 km / 6:03 h / 18 km/h / camino-carretera / en cama
Día 4: Choyr - Airag
- 107 km / 7:14 h / 14.8 km/h / camino (arenoso) / en cama
Día 5: Airag - Shayshand [etapa reina]
- 135 km / 8:18 h / 16.1 km/h / camino (arenoso) / en cama
Día 6: Shayshand - Orgon
- 78 km / 6:15 / ... / camino (muy corrugado) / en cama
Día 7: Orgon - Erenhot [Tren + Paso frontera]
- ... / ... / ... / ... / dormimos en el tren
Día 8: Erenhot - Gurban Obo
- 102 km / 5:43 / ... / camino-carretera / en tiendas
Día 9: Gurban Obo - Tömörtey
- 157 km / 6:57 h / 22.6 km/h / carretera / en cama
Día 10: Tömörtey - Jining
- 117 km / 5:31 h / 21.3 km/h / carretera / en hotel
Día 11: Jining - Mashikou
- 125 km / 7:16 h / 17.2 km/h / carretera / en cama
Día 12: Mashikou - Xiahuayuan
- 117 km / 6:38 h / 17.6 km/h / carretera / en hotel
Día 13: Xiahuayuan - Badaling
- 102 km / 5:45 h / 17.8 km/h / carretera / en cama
Día 14: Badaling - Pekín
- 78 km / 3:59 h / 19.5 km/h / carretera-ciudad / en hotel

El Relato
Trascrito de un pequeño Diario de Ruta, donde cada día recogíamos nuestras impresiones.

[Ojo, que es largo...]
[Estamos haciendo la selección de fotos para subirlas en breve, paciencia...]
Día 1 (07/07/08): Nos levantamos a las 5:00 para ir al aeropuerto en Pekín (vuelo a las 7:45 - Air China - $220) y llegamos justo justo... y eso que había propuestas de levantarse a las 6:00... Elvira aligera mucho sus alforjas en los controles de seguridad (cremas, aceite bici, mecheros, etc). Llegamos a Ulan Bator. Desembarcamos y a pesar de que no tenemos lugar conocido de residencia, no nos ponen pegas en aduanas. Es complicado hacerse entender pero finalmente, recogemos las bicis, que parecen en buen estado y nos ponemos a montarlas en el mismo aeropuerto. Los primeros mongoles, sorprendidos, se nos acercan curiosos. La bomba de hichar causa sensación y Vicente termina dando una vuelta a un niño en el carrito en el interior del aeropuerto! Finalmente estamos listos, salimos del aeropuerto ante la curiosa mirada de todos los presentes, la foto de rigor y a nuestras monturas. Comienza así la ruta que nos llevará hasta Pekin. El primer objetivo, ir al centro de Ulan Bator a comprar los enseres y víveres que necesitamos para el camino (mapas, "camping gas", garrafa, comida y mucha agua...). Tras 15 km llegamos a la céntrica plaza de Sükhbaatar. Nos sorprende la pobreza y falta de medios para una ciudad de sus dimensiones, el ambiente está enrarecido por la polución y decidimos salir cuanto antes de la urbe. Pero eso sí, no nos podemos ir con el estómago vacío. Degustamos nuestra primera comida en Mongolia, plato típico de arroz, guiso de carne y verduras. A las 17:00 h, ahora ya sí, emprendemos la marcha destino la Estepa y siguiendo la ruta ferroviaria del mítico Transmongoliano. Mucha contaminación, aire viciado y un tráfico caótico nos acompañan varios km. Ya lejos de la ciudad, a las 20:00 h paramos, hemos recorrido 56 km por carretera. Elegimos sitio y montamos el campamento. Dormimos cerca de Nalayh.

Día 2 (08/07/08): A las 07:00 h “Diana”, hemos dormido sin problemas (sobre todo los de la tienda grande). Empleamos 1 h 30 min en desayunar (tremendo invento el "txumin-gas"), recoger el campamento y prepararnos para pedalear, dato a tener en cuenta para próximos días. Nos ponemos en marcha pero avanzamos muy poco, sobre todo por las muchas rampas que nos encontramos, el terreno, que en este día es camino ya, y el calor. Bebemos mucha agua y pronto tenemos hambre, de hecho las primeras barritas caen a los 16 km de marcha… momento en que avistamos el Transmongoliano por primera vez. Continuamos nuestra marcha y tras lo que nos pareció una eternidad llegamos a Bayan. Encontramos una tiendita entre las calles de tierra del poblado y arrasamos con todo (agua, pan, "chorizo-mongoliano", etc). Comemos en la calle pero a la sombra, se nos acercan un montón de niños muy graciosos. Rompemos el hielo ofreciéndoles chocolate que aceptan entre risas. No nos entendemos con nadie a excepción de con gestos aunque tampoco resulta sencillo. Seguimos hasta el siguiente poblado donde encontramos una especie de bar donde nos venden unas cervezas mongolianas (de 600 ml!) que nos tomamos muy a gusto. Jugamos al balón con un niño y en marcha de nuevo. Este último tramo lo hacemos por carretera por donde pedaleamos hasta las 20:00 h. A esa hora nos da tiempo a montar las tiendas con luz. David prepara la cena, un mazacote de cuidado (sopa, fideos y a saber qué más...), encima se le pega. Eso sí, no sobra nada! Empiezan a caer unas gotas y el viento anuncia tormenta como pronto se confirma con los primeros rayos. Se nos viene encima, recoger rápido y a las tiendas. El viento arrecia y azota fuerte las tiendas, los rayos, relámpagos y truenos nos rodean. El miedo se adueña de nosotros (estamos en una planicie...) y Enrico obliga a Vicente a salir de la tienda a alejar las bicis de las tiendas por miedo a que éstas atraigan un rayo. La tormenta termina pasando y todo vuelve a la calma. De repente un miembro de la tienda#2 decide probar suerte con "el baño" y despierta a todos en su búsqueda de papel, son las 00:00 h! Habíamos recorrido 97 km a una media de 14.7 km/h con el único percance de del pinchazo del carro#1 (por conducción temeraria...) y dos radios rotos de la rueda trasera de Vicente.

Día 3 (09/07/08): Diana otra vez a las 7:00 h, desayunar, desmontar el campamento y en marcha. El día está nublado y nos caen unas gotas, algunos deciden de largo. La mugre que acumulamos en el cuerpo es considerable, pero no nos podemos lavar, el agua es para beber y cocinar. Empezamos la ruta por camino pero la proximidad de la carretera es muy tentadora y a medio día cambiamos la tierra por el asfalto. El día transcurre sin sobresaltos con la única peculiaridad del cambio de paisaje, cada vez menos verde y más desértico.. Vemos el primer camello, que “acribillamos” a fotografías. Rectas interminables nos llevan hasta Bayantal, antigua ciudad cuartel soviética con bloques de edificios de hormigón, hoy abandonados. La imagen fantasmagórica de la ciudad da miedo pero sus gentes nos demuestran que es infundado (no todos comparten esta opinión). Si bien es cierto que sólo hasta cierto punto ya que al ir la base (los hangares, tanques…) nos echan allí a grito pelado “diciendo” que nos pueden disparar ¿?. Terminamos llegando a Choir donde encontramos un hotel con ducha, compramos algo y damos una vuelta. Hemos llegado pronto, así que buscamos. un bar o algo parecido para tomar una cerveza. Entramos en un sitio con una foto de un billar en la puerta. No hay bar, pero hay dos mongoles que tras preguntarles nos llevan hasta uno: andando y atravesando “el pueblo entero”. Nos tomamos una cerveza con ellos y cambiamos frases, palabras, lo que podemos… Nos dicen que el NAADAM es en Shaynshand el 11 y 12 de Julio, que coinciden con las fechas en que llegamos a ese pueblo. El bar es un espectáculo, oscuro y cutre, gente borracha, olor a cerrado y paredes que se caen a cachos. Pero nos dan cerveza local y echamos unas risas. Cenamos en otro sitio: arroz con carne y un refrito de carne y verdura, muy bueno. Vamos a comprar unas cervezas y a echar “la habladilla” al hotel, que por cierto nos cuesta 36000 Togrot (muy poco): Al llegar se paga, y te abren la ducha que está toda llena de roña. Lavamos la ropa en el lavabo y la tendemos en la barandilla de la calle que es de tierra. A las 23:00 estamos en la cama, habíamos hecho 109 km en 6 h 04 min a una media de 18 km/h.

Día 4 (10/07/08): A las 7:00 h arriba, como siempre. Salimos de Choyr ya por camino. El asfalto desaparece de aquí a la frontera con China, comienza el desierto. Por delante 105 km. Nada más comenzar terreno arenoso, caídas y difícil avanzar… Pasamos a un lado de la vía, al otro, pero en ambos el terreno es complicado. .Algún vehículo pasa alguna vez por la zona pero no hay un camino claro. Por fin llegamos a Dalanjargalan (que al final resultó no ser…). Vamos a la tienda y bebemos un jugo de aloe vera COJONUDO. .Después a comer donde nos dan sopa de carne y dos platos de arroz con guiso de carne y mucho pan. Es un local muy oscuro y vienen unos lugareños a beber cerveza caliente, se sientan a nuestro lado. Al rato entra un militar y se lleva a dos arrestados. No entendemos nada. Después de ponernos moraos vamos a tomar un helado. Esta vez no es de guisantes. A continuación numerito con los niños del lugar, “agresión” de Enrico a niño mongol incluida (Al montarle en su bici le deja caer sobre el sillín y casi le deja “sin descendencia”…). Este niño recordará nuestra visita toda su vida. Flipan con los cascos, hay uno que incluso tras ponerse cada casco se da un golpe contra la pared para probarlo. Salimos de Dalanjargalan y comprobamos con horror que, efectivamente, donde hemos estado con los niños no es el pueblo por lo que todavía nos quedan 25 kilometrazos para llegar. Vicente rompe un radio más pero llegamos a Airag sin más problemas, ah! no, Elvira pincha a última hora. Al llegar, el pueblo nos da mala impresión, y de hecho vemos un tipo tirado en el suelo y esposado a un poste. Compramos a saco de agua y nos vamos al hotel, hemos vuelto a triunfar, tiene ducha. Salimos en busca de cena, pero está cerrado. Al preguntar a una señora, nos acompaña hasta el sitio e intenta que nos den, sin conseguirlo. Muy maja, nos lleva a otro sitio, donde 5 mongolas nos hacen sopa de carne y té. Al terminar hay que volver al hotel pero está todo oscuro y la mujer ya no está con nosotros, no hay luz, ni calles y no encontramos el camino muy bien, de hecho terminamos en unas casas muy alejadas, donde nos ladran los perros y salen gentes a nuestro encuentro. Finalmente llegamos al hotel y nos vamos a sobar. Contabilizamos 107 km 7h 15 min sobre la bici a una media de 14,8 km/h.

Día 5 (11/07/08): La etapa reina, Airag - Shaynshand y 125 km sobre el papel. Empezamos puntuales y desayunando un “txumin-gas” perfecto (café, galletas y pastas). Emprendemos la marcha a las 8:00 h y nada más empezar preguntamos a un mongol que nos manda paralelos a la vía, lo que tiene sentido… Tras varios km el GPS nos dice que vamos mal, 90º respecto la vía que debemos seguir y hacia el oeste. Estamos siguiendo otra vía! No pasa nada, campo a través y recuperamos el camino. Mucho corrugado (incomodísimo para pedalear), muchos bancos de arena y pocos kilómetros en nuestro haber. Paramos cada 20 km y a los 60 km nos comemos unas latas de conservas compradas la noche anterior: sardinas y bonito. Montamos de nuevo y cuando comenzamos a pedalear el piso mejora y el viento se pone de nuestro lado, empezamos a hacer buena media y los kilómetros caen bastante rápido. Finalmente (y contra pronóstico) llegamos a Shaynshand previo pinchazo de Elvira, que parece le ha cogido el gustillo a pinchar a última hora. Al llegar nos sorprende lo civilizado del lugar, con calles, de tierra pero calles, cruces e incluso iluminación. Nos tomamos un zumo frío que compramos en una tienda y nos vamos al hotel, 25000 Togrot. Vamos a cenar y entramos en un sitio, sorprendentemente, muy “popero”, tomamos unas Chinggis Khaan y empanadas de carne, que es la comida nacional y como celebran el NAADAM, el 11 y el 12 sólo tienen eso: MUY BUENAS! tanto que les pedimos que nos hagan unas pocas para el día siguiente. Por cierto, Elvira pierde la carterilla con el dinero entre la tienda y el hotel pero bueno, había 50000 Togrot (el resto del dinero está a buen recaudo).La habitación tenía 3 camas duras como tablas, hicimos la “ruleta mongola” para sortearlas, resultado: Enrico al suelo. 135 km 8h 18 min, record absoluto.


Día 6 (12/07/08): Un día más a las 7:00 h arriba, desayunamos en la habitación y al bajar a por las bicis la de Vicente está pinchada. La arreglamos y salimos hacia el sur, vemos el estadio del NAADAM, era pronto, así que seguimos pero vemos al fondo los caballos listos para la carrera y decidimos ir a verlo, campo a través: GRAVE ERROR. Justo antes de llegar y entre coches llenos de mongoles a toda velocidad, Vicente pincha. Al parar revisamos el resto de ruedas que estaban también llenas de pinchos, los quitamos y todas las ruedas están pinchadas menos una de Elvira: 7 ruedas de 8! Nos ponemos a cambiar y en ese rato se acaba lo de los caballos. 30 minutos después y tras el fracaso estrepitoso decidimos que de perdidos al río y aprovechamos para volver al estadio y ver el NAADAM, lo que termina siendo un acierto. Vemos tiro con arco, donde un lugareño nos quiere robar un guante, nos metemos en el estadio y vemos la lucha mongola, además del Mongol más grande del mundo. Nos ponemos en marcha destino Erdene cargados de optimismo, pero el desierto nos pone en nuestro sitio, un sin fin de pinchazos nos hacen ir muy despacio y nos minan la moral, no avanzamos nada y pronto nuestra meta del día es Orgon, mucho más cerca. El camino es impracticable, el viento está en contra y Elvira sigue pinchando. Al final llegamos a Orgon a las 20:25, Vicente ha roto 3 radios más, 6 en total del mismo lado de la rueda trasera. Vamos a una tiendita a comprar un zumo y discutimos la jugada: con la rueda así nos podemos quedar tirados en medio de la nada… tras sopesarlo, decidimos pillar un tren hasta la frontera entre Mongolia y China cuyas ciudades son Zamyn-Uud y Erenhot. Con dibujitos, luna-sol, conseguimos entender que hay un tren que pasa a las 3:20 de la madrugada. Pillamos una habitación en un edificio soviético destartalado, los niños nos ayudan a subir las bicis, no hay agua, a excepción de una bañera chunga llena de agua cobriza. Hacemos algo de pasta en el “txumingas” y no sabemos por qué nos ponemos a arreglar pinchazos hasta las 23:00 h de la noche. A las 2:00 h de la mañana arriba, caminata por el pueblo oscuro y lleno de perros para llegar a la estación, donde no hay ni luz, ni gente, ni nada, excepto la jefa de estación que es grande como un camión. Tememos que no podamos subir las bicis al tren, no tenemos billetes y al intentar comunicarnos con la jefa de estación (tipo “Pictionary”), la cosa pinta mal, nos insinúa que nos vayamos de allá. El tren sólo para dos minutos y creemos entender que con las bicis no podemos subir. Al final, llega el billetero a la estación y sacamos billetes. Llega el tren y es altísimo y hay que pillarlo desde el suelo arenoso en la zona sin andén. Al parar se abre una de las portezuelas y metemos las bicis a presión, corremos, aplastamos a la revisora que grita “que no, que no” pero subimos. Con el tren en marcha, enseñamos los billetes y parece que eso mitiga su enfado. Nos llevan al antiguo vagón comedor donde podemos dejar las bicis y dormir hasta la llegada a Zamyn-Uud.

Día 7 (13/07/08): Casualmente llegamos a Zaminudd a las 7:00 h, nuestra hora de puesta en marcha. Hay que negociar con un mongol para que nos pasen la frontera (no se puede pasar ni andando ni en bici, tiene que ser en un vehículo motorizado). Por 48000 togrots conseguimos un antiguo 4x4 ruso donde nos sujetan las bicis atadas de mala manera y nos metemos a presión. El tipo parece muy espabilado y de hecho pasamos los primeros la frontera pero eso sí, nos pone una cinta de Enrique Iglesias “…es casi una experiencia religiosa…!”. ENTRAMOS EN CHINA, llegamos a Erenhot y el único sitio donde nos cambian los togrots a moneda china es en la calle 10000 togrots = 50 yuan (en un minuto, Vicente y David consiguen a 57 yuan pero ya era tarde). Comemos en un restaurante con una cazuela que hierve en medio de la mesa y nos tomamos un café en un bar con mil chinos que nos agasajan en un reservado. Elvira va y dice: “es que lo que pasa con los chinos… es que son muchos”. Tenemos que arreglar la rueda, buscamos una tienda de bicis y andamos y andamos sin éxito, vamos de tienda en tienda e incluso nos quieren vender una bici entera por 1200 yuan, al final en un taller compramos un radio para hacer una prueba. Salimos a la calle y el dueño, al vernos, se pica positivamente, y empieza a arreglar la rueda, en cosa de 30 minutos tenemos los 6 radios cambiados (sin quitar los piñones). Compramos más radios, nos venimos arriba y compramos cámaras, bomba, llave de radios, llaves allen y todo por 100 yuan (10 euros), le damos 40 yuan de propina porque nos salva el viaje. A las 15:00 h estamos listos y nos tomamos unas TSINTAO para celebrarlo. Pensamos en la lista para el día siguiente (crema, desayuno, comida, agua y parches). Hacemos la compra en un super con una china en cada estancia del local (carne deshidratada, “huevitos”, frutos secos, agua, …). Dejamos todo en el hotel y nos vamos a cenar, pateamos por las calles hasta encontrar un sitio lleno de gente. Obviamente no entendemos el menú ni a nadie, le decimos como podemos que nos traigan lo que ellos quieran para los 4. Asan en la calle, comida pinchada en palos. Cenamos muy bien, y de vuelta al hotel entramos en una tienda a ver cámaras de fotos, la de Elvira ha causado baja, se ha roto la pantalla. Al entrar en la tienda, nos atienden 3 chinas muy guapas. Leen en nuestros pasaportes Barcelona escrito en chino y se vuelven locas, tanto que nos piden una foto con ellas. Nos preguntan cuando nos vamos, si hemos cenado y si queremos “no se qué del hotel”. Nos vamos antes de que Elvira nos meta en un lío.

Día 8 (14/07/08): Nos tenemos que volver a montar en la bici. Amanece lloviendo y con viento, nos ponemos los txubasqueros, los escarpines y todo lo que tenemos para el agua y el frío: nos ponemos en macha. Pillamos un camino que va derecho-derecho (recta interminable) hacia el Sur. Elvira se resiente un poco de la rodilla y decidimos ir a la carretera que vemos va paralela a nuestra derecha. Cogemos un camino perpendicular y vamos a una zona con unos dinosaurios de metal enormes (los coches pasan por debajo). Alguien pincha, arreglamos, y al intentar continuar, otro pincha… la hemos cagado!! En el caminillo perpendicular volvemos a triturar las cámaras con los famosos pinchos del Gobi. Arreglamos como podemos y seguimos, estamos bajo mínimos y tenemos que hinchar cada rato. Aunque seguimos por carretera, el viento sopla en contra y avanzamos muy poco. Vamos por una autopista y al llegar el peaje nos tememos lo peor, en cambio recibimos un “Wellcome to China” y nos levantan la barrera. Paramos en Shil a comer y aunque nos dan mal, no nos quejamos, nos cuesta 67 yuan. Seguimos pero avanzamos a duras penas, la visibilidad es limitada, en torno a 3 km, y no encontramos el pueblo donde se supone vamos a dormir, son las 19:45 h y hacemos una asamblea: opcion 1: furgoneta a Saihan Tal, opción 2: tiendas y a sobar. No nos coge nadie aunque paramos un camión que al final duda y nos dice que no. Terminamos durmiendo en las tiendas al lado de la autopista: arroz al curry muy bueno para cenar (por fin nos comemos el arroz que hemos cargado desde Ulan Bator). David y Elvira han montado la tienda al revés, pero da igual. Vicente y David duermen juntos y ambos coinciden en que el olor en su tienda es insoportable.


Día 9 (15/07/08): Hemos dormido bien, pero al levantarnos descubrimos que no tenemos “CoffeKing”. Emprendemos la marcha camino a Saihan Tal, 30 km con el viento a favor. Al llegar entramos al primero sitio que vemos y nos atiende una chinita que habla algo de inglés, terminamos comiendo de todo, pero todo de pato: huevos podridos de pato, cabezas de pato, una especie de caracoles, tomate y pepinillos, y unas tostadas con crema muy buenas. Nos hacen fotos, dentro y fuera, con todas las camareras, como si fuéramos estrellas de cine. Preguntamos por una tienda de bicis y parece que nos entienden hasta que vemos que aparece el vecino con un serrucho… terminamos montando un tumulto en una esquina de la ciudad, donde los lugareños se amontonan curiosos en torno a nosotros. Mientras, Vicente explora la ciudad de paquete en la moto del dueño del restaurante del pato. Al final conseguimos comprar cámaras, parches y algo de comida. Seguimos adelante, el día es soleado y el viento nos favorece, hacemos buena media. Comemos en turge y nos timan un poco 240 yuan, pero quedamos bien saciados. Seguimos la marcha, tenemos 60 km por delante hasta tomortey. Adelantamos incluso camiones en las subidas. El paisaje vuelve a ser montañoso y llegamos hasta 1500 metros de altitud nuevamente. No hay manera de llegar al pueblo y al final, tras 157km llegamos a las 20:30 y casi de noche. Encontramos un sitio para dormir con un sitio donde nos daban de cenar, pero la higiene brilla por su ausencia, para lavarnos nos ofrecen una palangana en el patio trasero y para nuestras necesidades un viejo cubo de pintura con un poco de agua en el fondo. Cenamos muy bien, de nuevo.

Día 10 (16/07/08): A las 7 arriba, meadita
en el cubo y “CoffeKing”. En marcha camino de Shand, variante sobre la ruta original que terminaba en Jining. Objetivo: dormir cerca de unos lagos, para bañarnos. Llegamos al cruce del desvío y tras ponernos morados de pan frito, bollos y tomate con azúcar, preguntar al camarero, al dueño e incluso a los policías del cruce, tomamos lo que creíamos era el camino bueno hacia Shand… Tras 5 km llegamos a una aldea muy pobre en cuya entrada aparecen rápidamente nuevos policías, nos piden que salgamos allí y nos dicen que no podemos ir a Shand, de hecho nos escoltan, siguiéndonos con el coche hasta el cruce donde habíamos preguntado antes. Allí, nos piden los pasaportes, que se los llevan en un coche a no sabemos donde. Nos tienen allí un rato hasta que nos dejan marchar, pero solo hacia Jining, de hecho ni siquiera nos sueltan, ya que nos escoltan hasta el siguiente pueblo, Tras 117 km llegamos a Jining, ciudad grande, donde una policía nos acerca en su bici-moto hasta el hotel: un pedazo de edificio acristalado con un hall espectacular. 30-35km, no sabemos por qué, no nos dejan parar, comprar algo, mirar… y terminan llevándonos a la comisaría. Nos vuelven a pedir los pasaportes y nos tienen un rato largo esperando. Finalmente y sin ninguna explicación, nos sueltan a las afueras y dirección Jining. Preguntamos precios y resulta que una habitación son 168 yuan y decidimos quedarnos para darle una alegría al cuerpo. Nos duchamos y disfrutamos del “señor roca”… vamos a dar una vuelta y aprovechamos para tomar una cerveza y cenar. Visitamos unos acantilados que resultan ser de cartón piedra, los lugareños alucinan con nosotros y nos señalan por la calle, incluso se sacan fotos a nuestro lado. A la vuelta, callejeamos un poco y llegamos a una plaza muy concurrida “será el día de la plaza de Jining?” De vuelta en el hotel preguntamos y el desayuno está incluido en el precio de la habitación: triunfo total.


Día 11 (17/07/08): Desayunamos en exceso en el hotel, que tiene buffet chino. Salimos de Jining y empezamos a hacer km muy despacio, hablando y relajados. Buscamos algo frío que beber en los puestos y tiendas en la margen de la carretera, tarea difícil, por cierto. Paramos a comer en uno de ellos donde la foto de Mao preside la estancia principal. Tardan mucho, muchísimo en darnos, pero no tenemos prisa. Hasta Mashikou hay 69 km (o eso creemos…). Terminamos sobre la bocina, subiendo unos puertos del patín asta que llegamos a una bajada que salva 500 m de desnivel durante la cual, vemos los primeros restos de la Muralla China, restos sin restaurar, originales y de tierra. Terminamos llegando a un pueblo amurallado al que no entramos. Seguimos hacia abajo y preguntamos a una pareja que va en moto con el bebé dormido entre ellos... nos mandan para abajo y como se nos ha echado la noche encima “metemos todo” y rodando a 50 km/h llegamos a una zona con puestos de carretera. Conseguimos que al final nos den de cenar (rico, rico) y nos dejen dormir. Nos preparan un par de habitaciones y aunque una está un poco destartalada y guarra nos quedamos conformes. Habíamos hecho 125 km en 7 h 16 min 35 s a una media de 17.2 km/h.


Día 12 (18/07/08): Por la mañana nos hacen también el desayuno (carne con verduras, fideos chinos, etc), nos ponemos las botas! Salimos a las 8:00 h con intención de encontrar un café o similar, se supone que Huai’an está a 2 km. Resulta que está bastante más lejos (las indicaciones de los lugareños nunca son precisas), cuando llegamos compramos café y nos vamos a un barcito donde dan comidas a por agua caliente. Siempre tienen termos con té y agua caliente. Son gentes muy agradables y nos ofrecen comer con ellos como muestra da agradecimiento por el honor que para ellos supone que les visiten occidentales (¿?). Son las 10:00 y estamos llenos del contundente desayuno matinal, pero no podemos negarnos y aceptamos su invitación, volvemos a comer hasta reventar! No nos dejan que les paguemos aunque lo intentamos. Hablamos un poco con ellos, hacemos unas fotos y nos escriben su dirección en chino (les queremos mandar las fotos). El destino del día es Huailai pero el viento en contra hace que pronto pensemos en reducir km. Estamos cerca de Xuanhua, que tenemos que atravesar para seguir dirección Pekín. Nos cuesta encontrar el camino en la ciudad, es ruidosa y caótica, hay mucha contaminación, mucho tráfico de camiones, obras y calles en mal estado. Queremos salir del núcleo urbano lo antes posible pero es difícil, dos jóvenes en moto nos guían por las calles indicándonos el camino. Cuando nos hacíamos fuera de la ciudad, Enrico pincha el “tubeless”, hasta ese momento muy fiable. La desmonta y monta una cámara nueva sin revisar la cubierta: Error de NOVATO. Vuelve a pinchar y al desmontar, esta vez del todo, resulta que tiene un clavo y varias grapas. Completa 3 intentos: 1) sólo líquido, sin cámara; 2) Otra cámara; 3) Líquido y pegamento. Éste último parece aguantar, andamos un poco y le añadimos algo más de pegamento. Durante el proceso de arreglo se acercan varios lugareños curiosos, hasta que llega un borracho en boto que nos busca la boca y tienta la suerte en busca de bronca. Está que se cae y de hecho pisa las cámaras con la moto, luego se le cae al suelo… Al final, tras 30 tensos minutos, se va. Nos quedan 11 km para llegar a Xiahuayuan, no era el destino previsto pero es la mejor opción. Enrico se adelanta para ir hinchando cada 3-5 km, ya que el arreglo no aguanta muy bien. Una sucesión de toboganes, un túnel muy oscuro y unas bonitas vistas de los montes de alrededor nos llevan hasta nuestro destino. Llegamos ya de noche y buscamos alojamiento rápidamente. El Gran Hotel se perfila como una buena opción. Entramos y nos ponen problemas, por motivos de seguridad Elvira no puede dormir con ninguno de nosotros, a menos que demuestre estar casada con él… inaudito! Nos termina dando igual, sólo queremos ducharnos, cenar y dormir. Además nos termina saliendo más barato y Elvira no despertará a nadie con sus ronquidillos… Nos “asignan” una asistente que habla algo de inglés, es un poco pesada pero nos ayuda en todo. Gracias a ella cenamos muy bien, nos recomienda un plato local hecho a base de pasta y sopa de verduras. Dan las 22:45 y nos vamos a dormir que tenemos todavía curro por delante hasta Pekín… Contabilizamos 117 km, 6 h y 38 min lo que hace una media de 17.6 km/h.

Día 13 (19/07/08): A las 7:00 diana, que raro… Para las 7:20 estamos desayunando. No tenemos zumo, para variar, intentamos pedir pero, para variar también, fracasamos… El tema café lo tenemos controlado, como siempre hay agua hirviendo, bajamos los sobrecitos de “CoffeKing” y listo. Lo más gracioso e inverosímil del desayuno está en la puerta de la cocina donde un ratoncillo se pasea a sus anchas, va y viene sin que nadie haga nada. Elvira no lo soporta y se cambia de sitio, David y Vicente no se lo creen hasta que, al cambiar también de sitio, lo ven ellos mismos. Intentamos hacer una foto pero la camarera se percata, corre hacia la puerta de la cocina y la cierra dejando a nuestro pequeño amiguito en su interior. Nos pide perdón y le decimos que no pasa nada. En fin, hacemos dos equipos ya que hay que arreglar la rueda de Enrico. Elvira y Enrico a intentar arreglar la malograda “tubeless” y escribir el “diario de ruta”, y Vicente y David a por una cubierta nueva. En su caminar entre calles se encuentran con dos profesores de Inglés que les confunden con el equipo de Canadá de ciclismo (estarían mal de la vista…). Finalmente, con una cámara nueva, salimos del pueblo hacia Pekín. Cogemos la carretera G110 a dar pedales… Pronto llegamos a Huailai donde entramos en un centro comercial a comprar crema y algo de agua (no podemos dejar que Vicente vaya con el garrafón ligerito…). Continuamos la marcha y pronto nos acercamos a la zona de Pekín. Tanto es así que pasamos por un control policial donde nos retienen un buen rato. Nos hacen fotos, nos miran los pasaportes, etc. Es un control extraño, hay policías chinos cargando y descargando el arma, los policías a veces se montan en los coches particulares y los mueven unos metros,… muy raro todo. Al final nos dejan pasar. Andamos 10 km y cuál es nuestra sorpresa al ver otro control. Nos vuelven a parar y otra vez todo el proceso. Nos ponemos un poco nerviosos/enfadados pero mantenemos la compostura. Nuevamente nos dejan pasar y nos disponemos a marchar pero nos encontramos con dos ciclistas chinos. Son muy rancios y visten ropajes no acorde al tamaño de sus cuerpos… Dada lo hora que es, y dada la distancia hasta Pekín, pronto cambiamos nuestro destino fijándolo en Badaling, donde podremos además visitar la Gran Muralla China. Al llegar hay que subir un trecho y una vez más las señales chinas son confusas. David y Elvira se ponen nerviosos y no quieren seguir subiendo. Al final la cabezonería del “Capi” se impone y llegamos hasta la muralla (era sólo 1 km más arriba…). El lugar es impresionante, un poco turístico, pero merece la pena verlo. Están todavía de preparativos para las olimpiadas y eso desvirtúa un poco el paisaje. Todo parece cerrado e incluso el Badaling Hotel, donde recibimos un rotundo NO, parece cerrado… ¿será por nuestro atuendo “mochilero”? Los policías locales dan pa’tras y desoímos sus indicaciones, 30 km para encontrar un hotel, dicen. Nos encontramos con unos lugareños vestidos de cocineros, les preguntamos y nos ofrecen un lugar para pasar noche. Hay que retroceder hasta una aldea donde, por la cantidad de chinos a nuestro alrededor, desconfiamos… Al final todo va bien y aunque un poco caro, cenamos, nos duchamos y dormimos de lujo (cena: 200 yuan, dorimir: 220 yuan/hab.). El rutómetro dice que hemos hecho 102 km en 5 h 45 min a una media de 1.8 km/h.

Día 14 (20/07/08): Nos levantamos sabiendo que es nuestro último día, hoy alcanzamos la Ciudad Prohibida en Pekín! Pero primero, desayunar, resulta que ahora dicen que no está incluido y nos piden otros 200 yuan, decimos que no y que sólo estamos dispuestos a pagar 100 yuan. A la primera dice que “vale”, lo que nos da una idea del PEDAZO DE MARGEN que han tenido con nosotros. Salimos hacia La Muralla, dejamos las bicis candadas, sacamos los “tickets” (40 yuan) y ala, a patear pa’arriba. Elvira no se ha puesto las zapatillas de la bici y acierta, no así el resto. La muralla se extiende por las cumbres de las montañas del lugar, es de piedra irregular y salva desniveles considerables. Entre el calzado y la multitud es difícil andar pero merece la pena, es impresionante! El calor es sofocante y la sudada que llevamos encima va acorde. Nos tomamos un helado, inmortalizamos el momento y ya vale de muralla. Al bajar vemos una anuncio que dice “ICE-Coffe”, vamos como becerros, sólo hay occidentales y por primera vez en China, nos sablan (40 yuan por café!). En fin, montamos en las bicis y nos ponemos en marcha, camino irremediablemente a Pekín. Carretera sinuosa de montaña, pero es cuesta abajo. Resulta que pedaleamos por el recorrido de la prueba de ciclismo en ruta, esa donde Samuel Sánchez, días después, se proclamara campeón olímpico, lo que hace el recorrido más excitante, si cabe. Empieza a llover y decidimos para, y de paso comer. Otra vez hasta arriba… Es pronto y no tenemos prisa así que disfrutamos de la sobremesa y gastamos los últimos “CoffeKing”. Nos ponemos en marcha de nuevo, tenemos un carril bici impresionante, donde los coches no pueden circular y no lo dejaremos ya hasta el final de la ruta. Eso sí, a medida que nos acercamos al área metropolitana, el tráfico se vuelve más denso y caótico. Tanto que hay que andar con cuidado para no ser atropellado, chocar o atropellar a alguien. La G110 (Badaling Expressway) nos lleva directos a Tian’anmen según recordamos de un mapa que nos habían enseñado a la mañana en Badaling. No tenemos mapa de la ciudad así que tratamos de no perder la ruta aunque el sector más crítico (David y Elvira) ponen en duda el camino que seguimos cuando atravesamos los anillos exteriores de la ciudad. Son rotondas subterráneas, cruces con mucho tráfico, pasarelas elevadas y no es fácil continuar paralelos a la G110 pero lo conseguimos. Divisamos las murallas del Palacio Imperial (Ciudad Prohibida) y cogemos la calle paralela para recorrerla hacia el Sur. Estamos muy cerca y la excitación se apodera de nosotros, lo vamos a conseguir! Llegamos a un semáforo tras el cual nos jugamos el tipo entre bicis, transeúntes, motocarros, bicimotos, coches, trolebuses, autobuses, etc. pero conseguimos atravesar el cruce, aunque perdemos a Elvira, que no arriesga tanto. Queremos llegar todos a la vez y esperamos a Elvira, que aparece entre el enjambre del tumultuoso cruce pletórica y con los brazos en alto. Tras el susto, fijamos de nuevo la vista al frente y la vemos, está ahí, a escaso metros: EL ANSIADO DESTINO, la plaza de Tian’anmen., hemos llegado! Avanzamos hasta estar frente a la Puerta del Cielo y el retrato de Mao. Ahora sí: META. Paramos y nos felicitamos mutuamente. Hacemos caso omiso de la guardia militar y nos detenemos un momento para disfrutar, saborear y, cómo no, inmortalizar el momento. Ulan Bator, La Estepa, El Gobi, los pinchazos, los problemas, la policía China, las letrinas, el dolor de culo, de piernas, …, todo queda atrás, estamos en Tian’anmen, en Pekín. Lo hemos logrado! Bravo!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Auténticos aventureros!!! Da gusto leeros, parece que lo pasásteis muy bien. El blog viene muy bien para las horas de trabajo ;o) En fin, que sigáis disfrutando con vuestros viajes y a ver cuando publicáis las otras 3!!

Anónimo dijo...

Tenéis fotos de las 3 chinas "muy guapas"?

Vicente dijo...

Gracias por los comentarios estamos subiendo las otras rutas, el problema es q las tenemos menos frescas q esta última. Tenemos q llegar al día de las chinas guapas, pero no te preocupes q ésa foto estará

Anónimo dijo...

Hola!
Somos Nuria y Pep. Estamos recolpilando información para hacer Ulaan Baator- beijing en agosto-septiembre de 2009, ilusionados aún de nuestro primer viage en bici por Tanzánia (http://societatilimitada.wordpress.com). Allí fué dónde decidimos el destino del viaje el año que viene.
Buscando por internet hemos llegado a vosotros, los únicos españoles que hemos encontrado en la red. En resumidas cuentas, cuando tengamos más claro el tema, ¿os podemos pedir consejo?

Un saludo y arriba el pedal! ;D

núria i pep (nuria@2pe.biz)

Vicente dijo...

Por supuesto¡¡¡ Consultarnos lo q querais.
Nosotros tenemos q decidir destino para el año q viene, asi q nos daremos un voltio por vuestra web. Por cierto el domingo pasado en Pekin expres aparecieron sitios por donde pasmos como UB o Choyr...Y se veia muy bien el terreno por el q pasamos..