Camino de Santiago en BTT - 8 días (Junio 2009)

Camino de Santiago en BTT – 8 días (Junio 2009): 800 km para completar la variante Francesa, uniendo Roncesvalles con Santiago de Compostela.

Datos:
- Valientes: Javi y Enrico
- Totales: 800 km, 8 días y 10000 m de desnivel acumulados
- Equipaje: 1 remolque + 1 alforjas
- Pinchazos: 2 (+ rajar 1 cubierta)
- Coste/persona: 300 € (regreso incluido)
- Vuelta: Coche de alquiler
- Más datos: enviar correo electrónico a emiracoli@yahoo.es



Día 1: Roncesvalles - Pamplona
- 45 km / 3:48 h / 505 m / casa (cama)
Día 2: Pamplona - Logroño
- 98 km / 9:16 h / 1570 m / albergue (suelo + colchoneta)
Día 3: Logroño - Burgos
- 129 km / 9:29 h / 1795 m / albergue (suelo + esterilla)
Día 4: Burgos - Bercianos del Real Camino
- 141 km / 8:37 h / 875 m / albergue (cama)
Día 5: Bercianos del Real Camino - Foncebadón
- 125 km / 8:57 h / 1170 m / albergue (suelo + esterilla)
Día 6: Foncebadón - Triacastela
- 107 km / 8:38 h / 1585 m / albergue (litera)
Día 7: Triacastela - Melide
- 84 km / 7:14 h / 1555 m / albergue (litera)
Día 8: Melide - Santiago de Compostela
- 72 km / 4.05 / 895 m / hospedaje (cama)


El Perfil
El Relato
Trascrito de un pequeño Diario de Ruta, donde cada día recogíamos nuestras impresiones:

Día 1 (29/05/2009) Roncesvalles - Pamplona: Tras un fallo de organización clamoros descubrimos que no hay autobús matinal desde Pamplona a Roncesvalles hasta Julio… y nos quedamos tirados en la estación de autobuses. Es viernes y la gente trabaja, aún así hacemos unas llamadas y conseguimos convencer a Aritz para que nos lleve en la furgoneta de Javi hasta el punto de partida. ¡Menudo comienzo! Después de un rato largo llegamos a Rocesvalles y nuestra primera ofrenda consiste en invitar a almorzar a nuestro chófer que por cierto pierde las llaves de la furgoneta, tal vez de la emoción por el almuerzo… las encontramos pero ello no hace que Javi se quede tranquilo y no será hasta la tarde, al recuperar su furgoneta cuando se relaje. Son las 12:00, hace mucho calor y tenemos la tripa llena, pero nos parece un momento perfecto para comenzar la ruta que nos llevará a tierras gallegas: El Camino de Santiago en su variante más popular, la Francesa. Exceptuando la subida a Erro, que es muy pendiente y con cierta exigencia técnica, así como algún tramo de escaleras y de piedras grandes, el camino es ciclable y con desnivel negativo. Lo que, sumado a la belleza de la zona que se transita, convierte los 50 km que se recorren en un continuo disfrute. Después de bajar Erro y pasado Zubiri, el tramo es especialemente bonito: una senda estrecha que discurre por la margen izquierda del río Arga. Llegamos al puente de Iturgaitz donde el camino transita por el “paseo fluvial del Arga”, pista hormigonada que no dejaremos hasta llegar a la capital Navarra. Antes de alcanzar Huarte, nos detenemos al ver un ciclista accidentado en el camino. Lo que parece un sitio inofensivo y un golpe sin importancia, resulta ser una fractura abierta de codo (!). Han avisado ya a la ambulancia pero nos quedamos para ayudar a la misma a encontrar al herido… Seguimos hasta completar los últimos km ya de transición. A las 16:00 estamos en casa donde comeremos y prepararemos ya el remolque y las alforjas para los días venideros.

Día 2 (30/05/2009) Pamplona – Logroño: Llegamos al primer albergue que encontramos en Logroño y claro, como es tarde está ya completo. Nos mandan a la casa parroquial donde nos atiende un figura de cuidado, de hecho después de ayudarnos se marcha a Viana a dar un concierto con su grupo de rock, “Iraultza”. Nos comenta que echan el cerrojo a las 22:00 y nos vamos raudos a la calle Laurel a degustar unos pinchos y un poco de tintorro, que nos lo hemos ganado. Huevos rotos, Champis y Mollejas, entre otros, componen nuestro menú. No nos da tiempo para más y nos vamos a dormir que si no nos quedamos fuera. Atrás han quedado la larga subida al Perdón, el puerto despúes de Puente la Reina bajo el sofocante sol, la fruta que nos brindan los andaluces en su cima y los motoristas haciendo carreras en alguna carretera cercana. También llegar a Estella donde compramos la comida del día, que no disfrutaremos hasta llegar a Iratxe. Regamos los alimentos de vino obtenido de la Fuente de Vino que la bodega (que lleva el nombre del monasterio que aquí se erige) ofrece al peregrino. También queda atrás el continuar la marcha con el sol en su plenitud por la inquietud de Javi… Para él esta ruta es una prueba pues no ha hecho ninguna antes en bicicleta. Como primer día se ha caído una vez pero sin consecuencias. Por lo demás ha ido muy bien. Se le suben las bolas al llegar a Logroño pero no es de extrañar, ya que el camino por todos los pueblos que transita lo hace haciéndonos subir hasta la punta más alta de los mismos… para luego bajar! Para hacerlo más duro si cave, en muchos de ellos son fiestas. Nos encontramos muchos peregrinos y el timbre hace su labor. En fin, son las 22:20 y los únicos libros que tenemos por aquí son la Biblia ó Misal Para Celebraciones con Niños… A DORMIR!










Día 3 (31/05/2009) Logroño – Burgos
: Nos levantamos a las 7:00 y tenemos desayuno preparado, menudo triunfo! Al salir coincidimos con el cura que nos abre la puerta para que cojamos las bicis. Montamos las alforjas y el carrito, sellamos la credencial y estamos listos, otra vez a poner la resistencia de nuestra ingle a prueba. Un embalse y un paseo muy bonito nada más salir y a partir de ahí a subir y es que en la etapa de hoy toca subir. Mucho pregrino en el camino. Llegamos a Santo Domingo de la Calzada y nuestros estómagos nos dejan claro que es hora de comer. Como es Domingo está todo cerrado y sólo encontramos abierta una panadería. Pan multicereal, queso y lomo ibérico forman nuestro menú, también chocolate con almendras a modo de postre. Javi consigue entrar en la iglesia y ver el gallo y la cripta de Sto Domingo. Seguimos camino y nos toca de nuevo subir, estamos cerca de la Sierra de la Demanda. Vemos a Ronaldo y su “bici tumbada” por primera vez, pero de manera fugaz. Por delante tenemos una subida de aupa, larga y con mucha pendiente, de hecho nos lleva hasta los 1100 m de altitud. Llegamos arriba y alcanzamos una cresta que seguiremos durante varios km hasta empezar la bajada. Bajada que nos lleva hasta Pereje donde paramos a tomar un helado que hace, también, mucho calor. Vemos más ciclistas pero parten veloces justo cuando llegamos. Visitamos la iglesia, recogemos y de nuevo a nuestras monturas. Atapuerca está a escasos km, vemos las ruinas arqueológicas que están en un lugar inesperado, en mitad de la llanura. No paramos y nada más dejar la población, una bonita cuesta nos hace subir un cerro desde donde divisamos Burgos en la lejanía. Se agradece la larga bajada que nos lleva hasta una carretera secundaria que no dejaremos hasta entrar en la urbe. Entrada a Burgos horrible (polígono industrial, avenida de varios carriles, etc) pero la vista de la catedral lo compensa. Vamos al albergue que está junto a la catedral (¡vaya tinglado tienen montado!) y como se les han acabado las camas nos dan 2 esterillas olvidadas y nos ofrecen el suelo en un salón con más gente. Nos vamos a comer algo de morcilla y como hay que volver antes de que cierren, rápido para el albergue. Conocemos, ahora sí, a un americano que tiene 1000 historias para contar. Resulta ser Ronaldo, el de la bici tumbada de antes. Nos pasa su web (www.bikerontheroad.com).




















Día 4 (01/06/2009) Burgos – Bercianos del Real Camino
: Noche curiosa, dormimos mal y nos despiertan pronto, primero los que madrugan mucho que no terminan de respetar a los que duermen y luego el propio albergue que por megafonía, y tras encender las luces, nos invita a dejar las instalaciones antes de la 8:00. Salimos de Burgos pero no sin desayunar. Elegimos muy mal el sitio, a la entrada de la universidad y, con la excusa de que somos peregrinos, nos sablan. Hace bastante frío y nos abrigamos para los primeros km. Hay mucho peregrino y la salida de Burgos es también bastante fea. Lo que se suponía una etapa llana, no lo es tal y hay bastantes cuestas. Es cierto que también hay mucho llano y sacamos media alta (≈ 25 km/h). Llegamos a un pueblo con una iglesia muy bonita, muy grande para el tamaño del pueblo, nos acordamos de Eric el Rojo… Vemos a “Los Bilbainos”, los pasamos y de frente, a lo lejos, vemos una meseta y una cuesta que nos convencemos de que no “nos harán subir”. Erramos en nuestro pronóstico, tanto es así que además es una sbida con renombre: “Matajudíos” le llaman, ¡vaya tela! Al llegar a arriba repostamos al tiempo que conversamos con una barcelonesa y una italiana sobre los devenires del Camino, que ellas recorren a pie. Alcanzamos y seguimos el Canal de Castilla hasta unas exclusas en desuso que antaño empleaban las barcas para salvar 14.2 m de desnivel. Llegamos a Frómista y decidimos almorzar en condiciones, huevos, jamón, queso y tinto con gaseosa… Seguimos y tras superar Carrión de los Condes la llanura y las rectas interminables junto con un sol de justicia nos acompañan al tiempo que minan nuestra moral. Raro es ver peregrinos a esas horas, bajo el sol (son más listos que nosotros…) y es que es un tramo de 17 km sin agua. Llegamos a Shagún y hacemos compra pensando en cocinar en el albergue al llegar. Queremos parar en un pueblito tranquilo y descansar. 10 km después llegamos a Bercianos del Real Camino y preguntando encontramos el albergue municipal. Un lugar con encanto, es un edificio del s. XVI rehabilitado y que esa noche albergaba a 41 personas. Nos comentan que hay cena comunitaria en la que todos cooperaremos (mesa, fregar, vino). Además, dado el número de extranjeros, nos piden traducir lo que las hospitaleras cuentan y explican. Conocemos gente española y charlamos un rato pero nos alejamos un poco para estar tranquilos y relajados por un momento. Pronto a la cama que a las 22:00 chapan…




















Día 5 (02/06/2009) Bercianos del Real Camino – Foncebadón
: Nos levantamos a las 7:15 y somos prácticamente los últimos. Bajamos y tenemos de todo para desayunar (pan, mantequilla, mermelada, café, cacao, etc) nos ponemos hasta arriba, para variar. En marcha y otra vez con chaqueta para empezar que hace fresco. Vamos poco a poco adelantando a tood@s l@s albergusitas que nos saludan, aunque no parecen de muy buen humor. De nuevo hacemos buena media y pronto nos acercamos a León, Los últimos km son muy malos y atravesamos polígonos, barriadas periféricas y demás chungeces que además de peligrosas, están mal señalizadas. Llegamos finalmente a León y vamos hasta la catedral. Entramos a verla y es que es impresionante. Queremos almorzar y así gastar lo que cargamos desde Shagún y que no utilizamos en el albergue. Nos vamos a unos jardines, buscamos una sombra y abrimos la hogaza, la untamos de tomate, aliñamos con aceite de oliva y sal. Alternamos mordiscos de pan con mordiscos de fuet. Nos comemos también el plátano y la magdalena con trocitos de chocolate, vamos: hasta arriba otra vez! Emprendemos camino dirección Astorga pero antes conocemos a un par de figuras de cuidado, el del barrio y el de bermudas con calcetines… Nos econtramos con la parte más fea y más peligrosa del camino, con diferencia. Mal señalizado, tramos de carretera con mucho tráfico, poblaciones enrevesadas… encima hace mucho calor. Nos juntamos con otros cuatro cilcistas y recorremos juntos el camino, ahora, paralelo a la carretera hasta Hospital de Órbigo. Nos reciben un puente muy bonito y un recinto para duelos medievales. Decidimos ir hasta Astorga para comer y por fin el camino vuelve a ser bonito, si bien, tira para arriba. Comemos unos platos combinados, unas bravas y una ensalada cerca de la catedral, todo ello regado de cerveza helada que entra sola. ¡Encima es barato! Esperamos un poco antes de salir hacia Foncebadón, pero aún así nos cae un sol de justicia nada más abandonar las calles de Astorga. Con semejante sol el camino pica para arriba y es que hay que salvar mucho desnivel. Un hombre nos indica a la entrada de un pueblo y nos dice que la Cruz de Hierro está muy cerca y poco más alta que nuestro destino de hoy. Llegamos finalmente al rústico pueblo de piedra y nos dicen que no queda sitio en el albergue. Son 19:30 y están ya sentados en la mesa para cenar (!). Nos atienden a medias pero terminamos quedándonos aunque tengamos que dormir en el suelo de piedra del comedor. Nos dejan unas esterillas pero el suelo es duro, duro… Dormir es una quimera, para colmo el comedar se prepara antes de las 6:00 para los más madrugadores, así que nos dan el “buenos días” a las 5:55, esto sí que es sufrir.




















Día 6 (03/06/2009) Foncebadón – Triacastela
: Desayunamos poco y nos vamos, está todavía oscuro… una senda pedregosa repleta de peregrinos, que nos saludan acordándose que fregamos todos los platos la noche anterior, nos lleva hasta la Cruz de Hierro. Pequeña pieza de forja asentada sobre un mástil de madera de unos 4 m. Dejamos nuestras piedras y seguimos camino, esta vez para abajo. La friolera de 26 km de descenso hacia a Ponferrada que nos dejan, entre otras cosas, el primer pinchazo de la ruta. Cambiamos (yo, porque Javi no ha cambiado nunca una rueda antes…) y seguimos. Es pronto pero tenemos ya hambre, así buscamos un sitio para almorzar, encontramos uno muy casta donde nos hacen unos huevos con bacon y donde por cada bebida que pedimos nos la acompañan con una tapa, incluso el café lo acompañan de un churro… Nos quedamos saciados pero la paliza que llavamos encima no desaparece y es que casi no hemos dormido… Seguimos camino. Un bonito tramo donde aparecen los primeros vendedores de cerezas. Estamos en temporada y todos los cultivos que atravesamos tienen ya esquilmadas las ramas más próximas al Camino, estos peregrinos… Las cuestas predominan, para arriba y para abajo, lo que nos indica que nos acercamos a Galicia. En el siguiente pueblo, Vega de Valcarce, preguntamos por el resto de la etapa y principalmente por la subida a O Cebreiro que que se adivina peor que la Cruz de Hierro. Una dicharachera cerecera nos dice que no es para tanto y eso nos da moral, que tanta falta nos hace. Atravesamos el pueblo por su núcleo histórico plagado de empinadas cuestas, para terminar en la carretera que nos llevará hasta la base de la subida O Cebreiro. A pesar del murete de hormigón que protege El Camino, éste cruza en numerosas ocasiones la calzada con el consiguiente peligro. Paramos en una panadería astesana donde, para nuestro agrado, tiene preparadaslas tan típicas empanadas gallegas. Probamos las de atún y de acelga, ambas exquisitas. Acompañamos con cerveza para que el festín sea completo. Mientras Enrico mantiene una conferencia de trabajo (!), Javi pone a prueba su cuello con sendos cabezazos al quedarse frito en la silla. De nuevo sobre nuestras monturas, encontramos numerosos ciclistas en la ruta, todos nos aconsejan no tomar el El Camino para la subida a O Cebreiro por su mal estado y ciclabilidad. Optamos por hacerles caso y subimos por una carreterita que nos lleva hasta La Laguna primero y hasta O Cebreiro después. Es una subida larga y con pendientes razonables, no en vano se salvan 600 m de desnivel. Arriba hace frío pero el pueblo es muy bonito, con casas y calles de piedra. Se ve todo restaurado y preparado para el turismo lo que le resta atractivo pero aún y todo es un lugar con encanto. Ahora sí, estamos en Galicia y eso hay que celebrarlo, para ello nos calzamos un Pote Gallego y una Tabla de Pulpo. Ahora sí que se ven las cosas de otra manera… Se supone que ahora es todo para abajo, pero enseguida descubrimos que no es del así. El Alto del Poio no es nada despreciabley menos por El Camino, donde encontramos unas rampasque justamente podemos hacer sobre la bicicleta. Una vez supero el alto, donde reside un majestuoso monumento al peregrino, empezamos ya definitivamente el descenso hacia Triacastela. Disfrutamos mucho de la bajada que a la postre se convertirá en loa más bonito de todo el recorrido, bajo nuestro parecer. El paisaje montañoso del principio y los bosques de después. La frondosa y verde vegetación, junto con lo virgen de las laderas dan paso a pequeños pueblos ganaderos donde curiósamente la mano de obra predominante es femenina. Pequeños rebaños de vacuno y bobino, mezclados con pequeños huertos a los lados del camino, conforman los parajes que vamos dejando atrás. Por ellos transitamos hasta encontrarnos con un castaño casi milenario que preside la entrada más alejada de Triacastela. Hemos llegado y hay que buscar alojamiento, los albergues están copados por lo tarde que arrivamos pero encontramos cama en uno con nombre en Euskera: Aitzenea. Tenemos cocina y vamos a la tienda a comprar. Cocinamos pasta con todo (pimiento, berengena, cebolla, tomate y queso). El vino no puede faltar y como si añoráramos las tierras pasadas degustamos un tinto joven del Bierzo, muy rico por cierto. Saciados, salimos fuera a disfrutar de la agradable noche.




















Día 7 (04/06/2009) Triacastela – Melide: A las 7:00 diana. Dormimos mejor pero tampoco mucho, la habitación es muy grande y los ronquidos están a la orden del día. No pasa nada, nos vamos acostumbrando. Además tenemos un desayuno que lo compensa. Preparamso tostadas de pan gallego co aceite, tomate y queso. Tres rebanadas para cada uno. Eso sí es empezar bien el día. No tanto en lo climatológico, donde el día amanece muy gris y con niebla. Iniciamos la marcha y las bellas sendas del principio ya nos auguran un duro día. Todo repleto de subidas y bajadas donde es muy costoso hacer km. A pesar de que queda compensado por lo bonito de la orografía el no ver subir la renta de km nos va minando la moral. Así llegamos a a un largo puente que une las 2 orillas del río Miño, embalsado a su paso por Portomarín, población en la que reponemos fuerzas: Croquetas, Lacón asado y Ribeiro. El objetivo de la etapa es llegar a Melide donde nos han dicho que el pulpo tiene mucha fama. Empleamos gran parte de la tarde en llegar a Melide. Además tenemso un percance en la cubierta de atrás de la bici de Javi. Se ha rajado por un lado y ha rebentado la cámara. No podemos cambiarla pues no tenemos cubierta de repuesto, así que hacemos un apaño con varios trozos de cámara e hinchamos. Tenemos que llegar hasta Sarria, ha unos 4 km, donde pueden tener cubierta nueva… Conseguimos llegar y en efecto, encontramos una tienda donde nos ofrecen una cubierta vieja pero a estrenar, nos cuesta 9 €. Arreglamos y para adelante. Hemos tenido suerte, la avería ha ocurrido en un buen sitio… Llegamos al único albergue de Melide, cosa que nos sorprende pues es una población grande. Llegamos pronto para variar y hay que esperar hasta las 18:30 porque los peregrinos tienen preferencia, lógico. Entramos en tropel, coger cama, ducharse y a por pulpo. Nos pasamos, qué raro, 3 tablas de pulpo y 3 botellas de Ribeiro que disfrutamos en compañía de un jerezano y 2 bilbainos. Se aproxima el toque de queda y nos marchamos hacia el albergue al que no entramos sin antes degustar nuestro primer orujito del camino. En el albergue hay mucha gente pero estamos cansados y optamos por la cama directamente.











Día 8 (05/06/2009) Melide – Santiago de Compostela: Nos despierta la gente, que no respeta nada, principalmente los extrangeros que cuando se despeiertan, empiezan a bociferar sin importarles los demás. Coincidimos en la hora con el jerezano, hecho que hace que salgamos los tres a la vez y no deshagamos la grupeta ya hasta Santiago. El camino es muy bonito en esta zona y está muy animado dada la cantidad de peregrinos que lo transitan. Tenemos una etapa corta por delante y nos la tomamos con tranquilidad. Hay que salvar más desnivel delq ue preveíamos pero poco a poco nos vamos acercando nuestro destino. Alcanzamos al fin el Monte do Gozo y por primera vez, y a falta de 6 km, se divisa Santiago. Ahora sí, el último tramo es todo bajada hasta la urbe y únicamente nos queda serpentear por las calles, periféricas al principio y más céntricas después. Así hasta alcanzar el casco histórico donde tras varias plazas y cruces aparecemos en la trasera de la catedral. De ahí unas escalinatas, un pórtico, y ¡ya! Entramos en la Plaza del Obradoiro: META. Ha salido el sol como queriendo celebrar con nosotros el haber alcanzado el destino. Nos felicitamos, inmortalizamos el momento y nos bajamos, ya definitivamente de la bicicleta. Hemos llegado.

Dia 9 (06/06/2009) La Vuelta: Al igual que es necesario hacerse con una credencial al comenzar El Camino e ir sellándola para acceder a los albergues, es necesario pensar en cómo se va a volver de Santiago. Nuestra recomendación es que dicha vuelta, con las bicis, sea el aspecto que más se prepare de la ruta. Nosotros no lo hicimos así y nos causó algún quebradero de cabeza. Por lo que investigamos, la mejor opción es hacer una reserva con alguna de las empresas de alquiler de coche que operan en Santiago (en la estación de tren). Algo más económico es el autobús, en el que se pueden meter las bicis simplemente forrándolas con plástico, pero tarda muchas más horas. Nosotros terminamos compartiendo una furgoneta de carga con unas chicas de Vitoria y San Sebastián La furgoneta la devolvimos en Pamplona y nos costó 220 € + gasolina + peajes. Todos los coches estaban reservados…

Ulan Bator - Pekín en BTT (Julio 2008)

Ulan Bator - Pekín en BTT (Julio 2008): 1400 km para unir las capitales de Mongolia y China. Partiendo de las tierras de Genghis Khan y atravesando la Estepa Mongoliana, adentrándonos en el Desierto del Gobi y admirando la Gran Muralla China para alcanzar finalmente la Ciudad Prohibida o Palacio Imperial, ya en Pekín…

Datos:
- Valientes: Elvira, David, Vicente y Enrico
- Totales: 1400 km, 14 días y 70 horas sobre la bici
- Equipaje: 2 remolques + 2 alforjas
- Agua/persona/día (max): 5 litros
- Pinchazos: 25-30 (malditos pinchos del Gobi...)
- Coste/persona: 2000 € (turismo en Pekín incluido)


Día 1: Ulan Bator - Nalayh
- 56 km / ... / ... / carretera / en tiendas
Día 2: Nalayh - Estepa Mongoliana
- 97 km / ... / 14.7 km/h / camino / en tiendas
Día 3: Estepa Mongoliana - Choyr
- 109 km / 6:03 h / 18 km/h / camino-carretera / en cama
Día 4: Choyr - Airag
- 107 km / 7:14 h / 14.8 km/h / camino (arenoso) / en cama
Día 5: Airag - Shayshand [etapa reina]
- 135 km / 8:18 h / 16.1 km/h / camino (arenoso) / en cama
Día 6: Shayshand - Orgon
- 78 km / 6:15 / ... / camino (muy corrugado) / en cama
Día 7: Orgon - Erenhot [Tren + Paso frontera]
- ... / ... / ... / ... / dormimos en el tren
Día 8: Erenhot - Gurban Obo
- 102 km / 5:43 / ... / camino-carretera / en tiendas
Día 9: Gurban Obo - Tömörtey
- 157 km / 6:57 h / 22.6 km/h / carretera / en cama
Día 10: Tömörtey - Jining
- 117 km / 5:31 h / 21.3 km/h / carretera / en hotel
Día 11: Jining - Mashikou
- 125 km / 7:16 h / 17.2 km/h / carretera / en cama
Día 12: Mashikou - Xiahuayuan
- 117 km / 6:38 h / 17.6 km/h / carretera / en hotel
Día 13: Xiahuayuan - Badaling
- 102 km / 5:45 h / 17.8 km/h / carretera / en cama
Día 14: Badaling - Pekín
- 78 km / 3:59 h / 19.5 km/h / carretera-ciudad / en hotel

El Relato
Trascrito de un pequeño Diario de Ruta, donde cada día recogíamos nuestras impresiones.

[Ojo, que es largo...]
[Estamos haciendo la selección de fotos para subirlas en breve, paciencia...]
Día 1 (07/07/08): Nos levantamos a las 5:00 para ir al aeropuerto en Pekín (vuelo a las 7:45 - Air China - $220) y llegamos justo justo... y eso que había propuestas de levantarse a las 6:00... Elvira aligera mucho sus alforjas en los controles de seguridad (cremas, aceite bici, mecheros, etc). Llegamos a Ulan Bator. Desembarcamos y a pesar de que no tenemos lugar conocido de residencia, no nos ponen pegas en aduanas. Es complicado hacerse entender pero finalmente, recogemos las bicis, que parecen en buen estado y nos ponemos a montarlas en el mismo aeropuerto. Los primeros mongoles, sorprendidos, se nos acercan curiosos. La bomba de hichar causa sensación y Vicente termina dando una vuelta a un niño en el carrito en el interior del aeropuerto! Finalmente estamos listos, salimos del aeropuerto ante la curiosa mirada de todos los presentes, la foto de rigor y a nuestras monturas. Comienza así la ruta que nos llevará hasta Pekin. El primer objetivo, ir al centro de Ulan Bator a comprar los enseres y víveres que necesitamos para el camino (mapas, "camping gas", garrafa, comida y mucha agua...). Tras 15 km llegamos a la céntrica plaza de Sükhbaatar. Nos sorprende la pobreza y falta de medios para una ciudad de sus dimensiones, el ambiente está enrarecido por la polución y decidimos salir cuanto antes de la urbe. Pero eso sí, no nos podemos ir con el estómago vacío. Degustamos nuestra primera comida en Mongolia, plato típico de arroz, guiso de carne y verduras. A las 17:00 h, ahora ya sí, emprendemos la marcha destino la Estepa y siguiendo la ruta ferroviaria del mítico Transmongoliano. Mucha contaminación, aire viciado y un tráfico caótico nos acompañan varios km. Ya lejos de la ciudad, a las 20:00 h paramos, hemos recorrido 56 km por carretera. Elegimos sitio y montamos el campamento. Dormimos cerca de Nalayh.

Día 2 (08/07/08): A las 07:00 h “Diana”, hemos dormido sin problemas (sobre todo los de la tienda grande). Empleamos 1 h 30 min en desayunar (tremendo invento el "txumin-gas"), recoger el campamento y prepararnos para pedalear, dato a tener en cuenta para próximos días. Nos ponemos en marcha pero avanzamos muy poco, sobre todo por las muchas rampas que nos encontramos, el terreno, que en este día es camino ya, y el calor. Bebemos mucha agua y pronto tenemos hambre, de hecho las primeras barritas caen a los 16 km de marcha… momento en que avistamos el Transmongoliano por primera vez. Continuamos nuestra marcha y tras lo que nos pareció una eternidad llegamos a Bayan. Encontramos una tiendita entre las calles de tierra del poblado y arrasamos con todo (agua, pan, "chorizo-mongoliano", etc). Comemos en la calle pero a la sombra, se nos acercan un montón de niños muy graciosos. Rompemos el hielo ofreciéndoles chocolate que aceptan entre risas. No nos entendemos con nadie a excepción de con gestos aunque tampoco resulta sencillo. Seguimos hasta el siguiente poblado donde encontramos una especie de bar donde nos venden unas cervezas mongolianas (de 600 ml!) que nos tomamos muy a gusto. Jugamos al balón con un niño y en marcha de nuevo. Este último tramo lo hacemos por carretera por donde pedaleamos hasta las 20:00 h. A esa hora nos da tiempo a montar las tiendas con luz. David prepara la cena, un mazacote de cuidado (sopa, fideos y a saber qué más...), encima se le pega. Eso sí, no sobra nada! Empiezan a caer unas gotas y el viento anuncia tormenta como pronto se confirma con los primeros rayos. Se nos viene encima, recoger rápido y a las tiendas. El viento arrecia y azota fuerte las tiendas, los rayos, relámpagos y truenos nos rodean. El miedo se adueña de nosotros (estamos en una planicie...) y Enrico obliga a Vicente a salir de la tienda a alejar las bicis de las tiendas por miedo a que éstas atraigan un rayo. La tormenta termina pasando y todo vuelve a la calma. De repente un miembro de la tienda#2 decide probar suerte con "el baño" y despierta a todos en su búsqueda de papel, son las 00:00 h! Habíamos recorrido 97 km a una media de 14.7 km/h con el único percance de del pinchazo del carro#1 (por conducción temeraria...) y dos radios rotos de la rueda trasera de Vicente.

Día 3 (09/07/08): Diana otra vez a las 7:00 h, desayunar, desmontar el campamento y en marcha. El día está nublado y nos caen unas gotas, algunos deciden de largo. La mugre que acumulamos en el cuerpo es considerable, pero no nos podemos lavar, el agua es para beber y cocinar. Empezamos la ruta por camino pero la proximidad de la carretera es muy tentadora y a medio día cambiamos la tierra por el asfalto. El día transcurre sin sobresaltos con la única peculiaridad del cambio de paisaje, cada vez menos verde y más desértico.. Vemos el primer camello, que “acribillamos” a fotografías. Rectas interminables nos llevan hasta Bayantal, antigua ciudad cuartel soviética con bloques de edificios de hormigón, hoy abandonados. La imagen fantasmagórica de la ciudad da miedo pero sus gentes nos demuestran que es infundado (no todos comparten esta opinión). Si bien es cierto que sólo hasta cierto punto ya que al ir la base (los hangares, tanques…) nos echan allí a grito pelado “diciendo” que nos pueden disparar ¿?. Terminamos llegando a Choir donde encontramos un hotel con ducha, compramos algo y damos una vuelta. Hemos llegado pronto, así que buscamos. un bar o algo parecido para tomar una cerveza. Entramos en un sitio con una foto de un billar en la puerta. No hay bar, pero hay dos mongoles que tras preguntarles nos llevan hasta uno: andando y atravesando “el pueblo entero”. Nos tomamos una cerveza con ellos y cambiamos frases, palabras, lo que podemos… Nos dicen que el NAADAM es en Shaynshand el 11 y 12 de Julio, que coinciden con las fechas en que llegamos a ese pueblo. El bar es un espectáculo, oscuro y cutre, gente borracha, olor a cerrado y paredes que se caen a cachos. Pero nos dan cerveza local y echamos unas risas. Cenamos en otro sitio: arroz con carne y un refrito de carne y verdura, muy bueno. Vamos a comprar unas cervezas y a echar “la habladilla” al hotel, que por cierto nos cuesta 36000 Togrot (muy poco): Al llegar se paga, y te abren la ducha que está toda llena de roña. Lavamos la ropa en el lavabo y la tendemos en la barandilla de la calle que es de tierra. A las 23:00 estamos en la cama, habíamos hecho 109 km en 6 h 04 min a una media de 18 km/h.

Día 4 (10/07/08): A las 7:00 h arriba, como siempre. Salimos de Choyr ya por camino. El asfalto desaparece de aquí a la frontera con China, comienza el desierto. Por delante 105 km. Nada más comenzar terreno arenoso, caídas y difícil avanzar… Pasamos a un lado de la vía, al otro, pero en ambos el terreno es complicado. .Algún vehículo pasa alguna vez por la zona pero no hay un camino claro. Por fin llegamos a Dalanjargalan (que al final resultó no ser…). Vamos a la tienda y bebemos un jugo de aloe vera COJONUDO. .Después a comer donde nos dan sopa de carne y dos platos de arroz con guiso de carne y mucho pan. Es un local muy oscuro y vienen unos lugareños a beber cerveza caliente, se sientan a nuestro lado. Al rato entra un militar y se lleva a dos arrestados. No entendemos nada. Después de ponernos moraos vamos a tomar un helado. Esta vez no es de guisantes. A continuación numerito con los niños del lugar, “agresión” de Enrico a niño mongol incluida (Al montarle en su bici le deja caer sobre el sillín y casi le deja “sin descendencia”…). Este niño recordará nuestra visita toda su vida. Flipan con los cascos, hay uno que incluso tras ponerse cada casco se da un golpe contra la pared para probarlo. Salimos de Dalanjargalan y comprobamos con horror que, efectivamente, donde hemos estado con los niños no es el pueblo por lo que todavía nos quedan 25 kilometrazos para llegar. Vicente rompe un radio más pero llegamos a Airag sin más problemas, ah! no, Elvira pincha a última hora. Al llegar, el pueblo nos da mala impresión, y de hecho vemos un tipo tirado en el suelo y esposado a un poste. Compramos a saco de agua y nos vamos al hotel, hemos vuelto a triunfar, tiene ducha. Salimos en busca de cena, pero está cerrado. Al preguntar a una señora, nos acompaña hasta el sitio e intenta que nos den, sin conseguirlo. Muy maja, nos lleva a otro sitio, donde 5 mongolas nos hacen sopa de carne y té. Al terminar hay que volver al hotel pero está todo oscuro y la mujer ya no está con nosotros, no hay luz, ni calles y no encontramos el camino muy bien, de hecho terminamos en unas casas muy alejadas, donde nos ladran los perros y salen gentes a nuestro encuentro. Finalmente llegamos al hotel y nos vamos a sobar. Contabilizamos 107 km 7h 15 min sobre la bici a una media de 14,8 km/h.

Día 5 (11/07/08): La etapa reina, Airag - Shaynshand y 125 km sobre el papel. Empezamos puntuales y desayunando un “txumin-gas” perfecto (café, galletas y pastas). Emprendemos la marcha a las 8:00 h y nada más empezar preguntamos a un mongol que nos manda paralelos a la vía, lo que tiene sentido… Tras varios km el GPS nos dice que vamos mal, 90º respecto la vía que debemos seguir y hacia el oeste. Estamos siguiendo otra vía! No pasa nada, campo a través y recuperamos el camino. Mucho corrugado (incomodísimo para pedalear), muchos bancos de arena y pocos kilómetros en nuestro haber. Paramos cada 20 km y a los 60 km nos comemos unas latas de conservas compradas la noche anterior: sardinas y bonito. Montamos de nuevo y cuando comenzamos a pedalear el piso mejora y el viento se pone de nuestro lado, empezamos a hacer buena media y los kilómetros caen bastante rápido. Finalmente (y contra pronóstico) llegamos a Shaynshand previo pinchazo de Elvira, que parece le ha cogido el gustillo a pinchar a última hora. Al llegar nos sorprende lo civilizado del lugar, con calles, de tierra pero calles, cruces e incluso iluminación. Nos tomamos un zumo frío que compramos en una tienda y nos vamos al hotel, 25000 Togrot. Vamos a cenar y entramos en un sitio, sorprendentemente, muy “popero”, tomamos unas Chinggis Khaan y empanadas de carne, que es la comida nacional y como celebran el NAADAM, el 11 y el 12 sólo tienen eso: MUY BUENAS! tanto que les pedimos que nos hagan unas pocas para el día siguiente. Por cierto, Elvira pierde la carterilla con el dinero entre la tienda y el hotel pero bueno, había 50000 Togrot (el resto del dinero está a buen recaudo).La habitación tenía 3 camas duras como tablas, hicimos la “ruleta mongola” para sortearlas, resultado: Enrico al suelo. 135 km 8h 18 min, record absoluto.


Día 6 (12/07/08): Un día más a las 7:00 h arriba, desayunamos en la habitación y al bajar a por las bicis la de Vicente está pinchada. La arreglamos y salimos hacia el sur, vemos el estadio del NAADAM, era pronto, así que seguimos pero vemos al fondo los caballos listos para la carrera y decidimos ir a verlo, campo a través: GRAVE ERROR. Justo antes de llegar y entre coches llenos de mongoles a toda velocidad, Vicente pincha. Al parar revisamos el resto de ruedas que estaban también llenas de pinchos, los quitamos y todas las ruedas están pinchadas menos una de Elvira: 7 ruedas de 8! Nos ponemos a cambiar y en ese rato se acaba lo de los caballos. 30 minutos después y tras el fracaso estrepitoso decidimos que de perdidos al río y aprovechamos para volver al estadio y ver el NAADAM, lo que termina siendo un acierto. Vemos tiro con arco, donde un lugareño nos quiere robar un guante, nos metemos en el estadio y vemos la lucha mongola, además del Mongol más grande del mundo. Nos ponemos en marcha destino Erdene cargados de optimismo, pero el desierto nos pone en nuestro sitio, un sin fin de pinchazos nos hacen ir muy despacio y nos minan la moral, no avanzamos nada y pronto nuestra meta del día es Orgon, mucho más cerca. El camino es impracticable, el viento está en contra y Elvira sigue pinchando. Al final llegamos a Orgon a las 20:25, Vicente ha roto 3 radios más, 6 en total del mismo lado de la rueda trasera. Vamos a una tiendita a comprar un zumo y discutimos la jugada: con la rueda así nos podemos quedar tirados en medio de la nada… tras sopesarlo, decidimos pillar un tren hasta la frontera entre Mongolia y China cuyas ciudades son Zamyn-Uud y Erenhot. Con dibujitos, luna-sol, conseguimos entender que hay un tren que pasa a las 3:20 de la madrugada. Pillamos una habitación en un edificio soviético destartalado, los niños nos ayudan a subir las bicis, no hay agua, a excepción de una bañera chunga llena de agua cobriza. Hacemos algo de pasta en el “txumingas” y no sabemos por qué nos ponemos a arreglar pinchazos hasta las 23:00 h de la noche. A las 2:00 h de la mañana arriba, caminata por el pueblo oscuro y lleno de perros para llegar a la estación, donde no hay ni luz, ni gente, ni nada, excepto la jefa de estación que es grande como un camión. Tememos que no podamos subir las bicis al tren, no tenemos billetes y al intentar comunicarnos con la jefa de estación (tipo “Pictionary”), la cosa pinta mal, nos insinúa que nos vayamos de allá. El tren sólo para dos minutos y creemos entender que con las bicis no podemos subir. Al final, llega el billetero a la estación y sacamos billetes. Llega el tren y es altísimo y hay que pillarlo desde el suelo arenoso en la zona sin andén. Al parar se abre una de las portezuelas y metemos las bicis a presión, corremos, aplastamos a la revisora que grita “que no, que no” pero subimos. Con el tren en marcha, enseñamos los billetes y parece que eso mitiga su enfado. Nos llevan al antiguo vagón comedor donde podemos dejar las bicis y dormir hasta la llegada a Zamyn-Uud.

Día 7 (13/07/08): Casualmente llegamos a Zaminudd a las 7:00 h, nuestra hora de puesta en marcha. Hay que negociar con un mongol para que nos pasen la frontera (no se puede pasar ni andando ni en bici, tiene que ser en un vehículo motorizado). Por 48000 togrots conseguimos un antiguo 4x4 ruso donde nos sujetan las bicis atadas de mala manera y nos metemos a presión. El tipo parece muy espabilado y de hecho pasamos los primeros la frontera pero eso sí, nos pone una cinta de Enrique Iglesias “…es casi una experiencia religiosa…!”. ENTRAMOS EN CHINA, llegamos a Erenhot y el único sitio donde nos cambian los togrots a moneda china es en la calle 10000 togrots = 50 yuan (en un minuto, Vicente y David consiguen a 57 yuan pero ya era tarde). Comemos en un restaurante con una cazuela que hierve en medio de la mesa y nos tomamos un café en un bar con mil chinos que nos agasajan en un reservado. Elvira va y dice: “es que lo que pasa con los chinos… es que son muchos”. Tenemos que arreglar la rueda, buscamos una tienda de bicis y andamos y andamos sin éxito, vamos de tienda en tienda e incluso nos quieren vender una bici entera por 1200 yuan, al final en un taller compramos un radio para hacer una prueba. Salimos a la calle y el dueño, al vernos, se pica positivamente, y empieza a arreglar la rueda, en cosa de 30 minutos tenemos los 6 radios cambiados (sin quitar los piñones). Compramos más radios, nos venimos arriba y compramos cámaras, bomba, llave de radios, llaves allen y todo por 100 yuan (10 euros), le damos 40 yuan de propina porque nos salva el viaje. A las 15:00 h estamos listos y nos tomamos unas TSINTAO para celebrarlo. Pensamos en la lista para el día siguiente (crema, desayuno, comida, agua y parches). Hacemos la compra en un super con una china en cada estancia del local (carne deshidratada, “huevitos”, frutos secos, agua, …). Dejamos todo en el hotel y nos vamos a cenar, pateamos por las calles hasta encontrar un sitio lleno de gente. Obviamente no entendemos el menú ni a nadie, le decimos como podemos que nos traigan lo que ellos quieran para los 4. Asan en la calle, comida pinchada en palos. Cenamos muy bien, y de vuelta al hotel entramos en una tienda a ver cámaras de fotos, la de Elvira ha causado baja, se ha roto la pantalla. Al entrar en la tienda, nos atienden 3 chinas muy guapas. Leen en nuestros pasaportes Barcelona escrito en chino y se vuelven locas, tanto que nos piden una foto con ellas. Nos preguntan cuando nos vamos, si hemos cenado y si queremos “no se qué del hotel”. Nos vamos antes de que Elvira nos meta en un lío.

Día 8 (14/07/08): Nos tenemos que volver a montar en la bici. Amanece lloviendo y con viento, nos ponemos los txubasqueros, los escarpines y todo lo que tenemos para el agua y el frío: nos ponemos en macha. Pillamos un camino que va derecho-derecho (recta interminable) hacia el Sur. Elvira se resiente un poco de la rodilla y decidimos ir a la carretera que vemos va paralela a nuestra derecha. Cogemos un camino perpendicular y vamos a una zona con unos dinosaurios de metal enormes (los coches pasan por debajo). Alguien pincha, arreglamos, y al intentar continuar, otro pincha… la hemos cagado!! En el caminillo perpendicular volvemos a triturar las cámaras con los famosos pinchos del Gobi. Arreglamos como podemos y seguimos, estamos bajo mínimos y tenemos que hinchar cada rato. Aunque seguimos por carretera, el viento sopla en contra y avanzamos muy poco. Vamos por una autopista y al llegar el peaje nos tememos lo peor, en cambio recibimos un “Wellcome to China” y nos levantan la barrera. Paramos en Shil a comer y aunque nos dan mal, no nos quejamos, nos cuesta 67 yuan. Seguimos pero avanzamos a duras penas, la visibilidad es limitada, en torno a 3 km, y no encontramos el pueblo donde se supone vamos a dormir, son las 19:45 h y hacemos una asamblea: opcion 1: furgoneta a Saihan Tal, opción 2: tiendas y a sobar. No nos coge nadie aunque paramos un camión que al final duda y nos dice que no. Terminamos durmiendo en las tiendas al lado de la autopista: arroz al curry muy bueno para cenar (por fin nos comemos el arroz que hemos cargado desde Ulan Bator). David y Elvira han montado la tienda al revés, pero da igual. Vicente y David duermen juntos y ambos coinciden en que el olor en su tienda es insoportable.


Día 9 (15/07/08): Hemos dormido bien, pero al levantarnos descubrimos que no tenemos “CoffeKing”. Emprendemos la marcha camino a Saihan Tal, 30 km con el viento a favor. Al llegar entramos al primero sitio que vemos y nos atiende una chinita que habla algo de inglés, terminamos comiendo de todo, pero todo de pato: huevos podridos de pato, cabezas de pato, una especie de caracoles, tomate y pepinillos, y unas tostadas con crema muy buenas. Nos hacen fotos, dentro y fuera, con todas las camareras, como si fuéramos estrellas de cine. Preguntamos por una tienda de bicis y parece que nos entienden hasta que vemos que aparece el vecino con un serrucho… terminamos montando un tumulto en una esquina de la ciudad, donde los lugareños se amontonan curiosos en torno a nosotros. Mientras, Vicente explora la ciudad de paquete en la moto del dueño del restaurante del pato. Al final conseguimos comprar cámaras, parches y algo de comida. Seguimos adelante, el día es soleado y el viento nos favorece, hacemos buena media. Comemos en turge y nos timan un poco 240 yuan, pero quedamos bien saciados. Seguimos la marcha, tenemos 60 km por delante hasta tomortey. Adelantamos incluso camiones en las subidas. El paisaje vuelve a ser montañoso y llegamos hasta 1500 metros de altitud nuevamente. No hay manera de llegar al pueblo y al final, tras 157km llegamos a las 20:30 y casi de noche. Encontramos un sitio para dormir con un sitio donde nos daban de cenar, pero la higiene brilla por su ausencia, para lavarnos nos ofrecen una palangana en el patio trasero y para nuestras necesidades un viejo cubo de pintura con un poco de agua en el fondo. Cenamos muy bien, de nuevo.

Día 10 (16/07/08): A las 7 arriba, meadita
en el cubo y “CoffeKing”. En marcha camino de Shand, variante sobre la ruta original que terminaba en Jining. Objetivo: dormir cerca de unos lagos, para bañarnos. Llegamos al cruce del desvío y tras ponernos morados de pan frito, bollos y tomate con azúcar, preguntar al camarero, al dueño e incluso a los policías del cruce, tomamos lo que creíamos era el camino bueno hacia Shand… Tras 5 km llegamos a una aldea muy pobre en cuya entrada aparecen rápidamente nuevos policías, nos piden que salgamos allí y nos dicen que no podemos ir a Shand, de hecho nos escoltan, siguiéndonos con el coche hasta el cruce donde habíamos preguntado antes. Allí, nos piden los pasaportes, que se los llevan en un coche a no sabemos donde. Nos tienen allí un rato hasta que nos dejan marchar, pero solo hacia Jining, de hecho ni siquiera nos sueltan, ya que nos escoltan hasta el siguiente pueblo, Tras 117 km llegamos a Jining, ciudad grande, donde una policía nos acerca en su bici-moto hasta el hotel: un pedazo de edificio acristalado con un hall espectacular. 30-35km, no sabemos por qué, no nos dejan parar, comprar algo, mirar… y terminan llevándonos a la comisaría. Nos vuelven a pedir los pasaportes y nos tienen un rato largo esperando. Finalmente y sin ninguna explicación, nos sueltan a las afueras y dirección Jining. Preguntamos precios y resulta que una habitación son 168 yuan y decidimos quedarnos para darle una alegría al cuerpo. Nos duchamos y disfrutamos del “señor roca”… vamos a dar una vuelta y aprovechamos para tomar una cerveza y cenar. Visitamos unos acantilados que resultan ser de cartón piedra, los lugareños alucinan con nosotros y nos señalan por la calle, incluso se sacan fotos a nuestro lado. A la vuelta, callejeamos un poco y llegamos a una plaza muy concurrida “será el día de la plaza de Jining?” De vuelta en el hotel preguntamos y el desayuno está incluido en el precio de la habitación: triunfo total.


Día 11 (17/07/08): Desayunamos en exceso en el hotel, que tiene buffet chino. Salimos de Jining y empezamos a hacer km muy despacio, hablando y relajados. Buscamos algo frío que beber en los puestos y tiendas en la margen de la carretera, tarea difícil, por cierto. Paramos a comer en uno de ellos donde la foto de Mao preside la estancia principal. Tardan mucho, muchísimo en darnos, pero no tenemos prisa. Hasta Mashikou hay 69 km (o eso creemos…). Terminamos sobre la bocina, subiendo unos puertos del patín asta que llegamos a una bajada que salva 500 m de desnivel durante la cual, vemos los primeros restos de la Muralla China, restos sin restaurar, originales y de tierra. Terminamos llegando a un pueblo amurallado al que no entramos. Seguimos hacia abajo y preguntamos a una pareja que va en moto con el bebé dormido entre ellos... nos mandan para abajo y como se nos ha echado la noche encima “metemos todo” y rodando a 50 km/h llegamos a una zona con puestos de carretera. Conseguimos que al final nos den de cenar (rico, rico) y nos dejen dormir. Nos preparan un par de habitaciones y aunque una está un poco destartalada y guarra nos quedamos conformes. Habíamos hecho 125 km en 7 h 16 min 35 s a una media de 17.2 km/h.


Día 12 (18/07/08): Por la mañana nos hacen también el desayuno (carne con verduras, fideos chinos, etc), nos ponemos las botas! Salimos a las 8:00 h con intención de encontrar un café o similar, se supone que Huai’an está a 2 km. Resulta que está bastante más lejos (las indicaciones de los lugareños nunca son precisas), cuando llegamos compramos café y nos vamos a un barcito donde dan comidas a por agua caliente. Siempre tienen termos con té y agua caliente. Son gentes muy agradables y nos ofrecen comer con ellos como muestra da agradecimiento por el honor que para ellos supone que les visiten occidentales (¿?). Son las 10:00 y estamos llenos del contundente desayuno matinal, pero no podemos negarnos y aceptamos su invitación, volvemos a comer hasta reventar! No nos dejan que les paguemos aunque lo intentamos. Hablamos un poco con ellos, hacemos unas fotos y nos escriben su dirección en chino (les queremos mandar las fotos). El destino del día es Huailai pero el viento en contra hace que pronto pensemos en reducir km. Estamos cerca de Xuanhua, que tenemos que atravesar para seguir dirección Pekín. Nos cuesta encontrar el camino en la ciudad, es ruidosa y caótica, hay mucha contaminación, mucho tráfico de camiones, obras y calles en mal estado. Queremos salir del núcleo urbano lo antes posible pero es difícil, dos jóvenes en moto nos guían por las calles indicándonos el camino. Cuando nos hacíamos fuera de la ciudad, Enrico pincha el “tubeless”, hasta ese momento muy fiable. La desmonta y monta una cámara nueva sin revisar la cubierta: Error de NOVATO. Vuelve a pinchar y al desmontar, esta vez del todo, resulta que tiene un clavo y varias grapas. Completa 3 intentos: 1) sólo líquido, sin cámara; 2) Otra cámara; 3) Líquido y pegamento. Éste último parece aguantar, andamos un poco y le añadimos algo más de pegamento. Durante el proceso de arreglo se acercan varios lugareños curiosos, hasta que llega un borracho en boto que nos busca la boca y tienta la suerte en busca de bronca. Está que se cae y de hecho pisa las cámaras con la moto, luego se le cae al suelo… Al final, tras 30 tensos minutos, se va. Nos quedan 11 km para llegar a Xiahuayuan, no era el destino previsto pero es la mejor opción. Enrico se adelanta para ir hinchando cada 3-5 km, ya que el arreglo no aguanta muy bien. Una sucesión de toboganes, un túnel muy oscuro y unas bonitas vistas de los montes de alrededor nos llevan hasta nuestro destino. Llegamos ya de noche y buscamos alojamiento rápidamente. El Gran Hotel se perfila como una buena opción. Entramos y nos ponen problemas, por motivos de seguridad Elvira no puede dormir con ninguno de nosotros, a menos que demuestre estar casada con él… inaudito! Nos termina dando igual, sólo queremos ducharnos, cenar y dormir. Además nos termina saliendo más barato y Elvira no despertará a nadie con sus ronquidillos… Nos “asignan” una asistente que habla algo de inglés, es un poco pesada pero nos ayuda en todo. Gracias a ella cenamos muy bien, nos recomienda un plato local hecho a base de pasta y sopa de verduras. Dan las 22:45 y nos vamos a dormir que tenemos todavía curro por delante hasta Pekín… Contabilizamos 117 km, 6 h y 38 min lo que hace una media de 17.6 km/h.

Día 13 (19/07/08): A las 7:00 diana, que raro… Para las 7:20 estamos desayunando. No tenemos zumo, para variar, intentamos pedir pero, para variar también, fracasamos… El tema café lo tenemos controlado, como siempre hay agua hirviendo, bajamos los sobrecitos de “CoffeKing” y listo. Lo más gracioso e inverosímil del desayuno está en la puerta de la cocina donde un ratoncillo se pasea a sus anchas, va y viene sin que nadie haga nada. Elvira no lo soporta y se cambia de sitio, David y Vicente no se lo creen hasta que, al cambiar también de sitio, lo ven ellos mismos. Intentamos hacer una foto pero la camarera se percata, corre hacia la puerta de la cocina y la cierra dejando a nuestro pequeño amiguito en su interior. Nos pide perdón y le decimos que no pasa nada. En fin, hacemos dos equipos ya que hay que arreglar la rueda de Enrico. Elvira y Enrico a intentar arreglar la malograda “tubeless” y escribir el “diario de ruta”, y Vicente y David a por una cubierta nueva. En su caminar entre calles se encuentran con dos profesores de Inglés que les confunden con el equipo de Canadá de ciclismo (estarían mal de la vista…). Finalmente, con una cámara nueva, salimos del pueblo hacia Pekín. Cogemos la carretera G110 a dar pedales… Pronto llegamos a Huailai donde entramos en un centro comercial a comprar crema y algo de agua (no podemos dejar que Vicente vaya con el garrafón ligerito…). Continuamos la marcha y pronto nos acercamos a la zona de Pekín. Tanto es así que pasamos por un control policial donde nos retienen un buen rato. Nos hacen fotos, nos miran los pasaportes, etc. Es un control extraño, hay policías chinos cargando y descargando el arma, los policías a veces se montan en los coches particulares y los mueven unos metros,… muy raro todo. Al final nos dejan pasar. Andamos 10 km y cuál es nuestra sorpresa al ver otro control. Nos vuelven a parar y otra vez todo el proceso. Nos ponemos un poco nerviosos/enfadados pero mantenemos la compostura. Nuevamente nos dejan pasar y nos disponemos a marchar pero nos encontramos con dos ciclistas chinos. Son muy rancios y visten ropajes no acorde al tamaño de sus cuerpos… Dada lo hora que es, y dada la distancia hasta Pekín, pronto cambiamos nuestro destino fijándolo en Badaling, donde podremos además visitar la Gran Muralla China. Al llegar hay que subir un trecho y una vez más las señales chinas son confusas. David y Elvira se ponen nerviosos y no quieren seguir subiendo. Al final la cabezonería del “Capi” se impone y llegamos hasta la muralla (era sólo 1 km más arriba…). El lugar es impresionante, un poco turístico, pero merece la pena verlo. Están todavía de preparativos para las olimpiadas y eso desvirtúa un poco el paisaje. Todo parece cerrado e incluso el Badaling Hotel, donde recibimos un rotundo NO, parece cerrado… ¿será por nuestro atuendo “mochilero”? Los policías locales dan pa’tras y desoímos sus indicaciones, 30 km para encontrar un hotel, dicen. Nos encontramos con unos lugareños vestidos de cocineros, les preguntamos y nos ofrecen un lugar para pasar noche. Hay que retroceder hasta una aldea donde, por la cantidad de chinos a nuestro alrededor, desconfiamos… Al final todo va bien y aunque un poco caro, cenamos, nos duchamos y dormimos de lujo (cena: 200 yuan, dorimir: 220 yuan/hab.). El rutómetro dice que hemos hecho 102 km en 5 h 45 min a una media de 1.8 km/h.

Día 14 (20/07/08): Nos levantamos sabiendo que es nuestro último día, hoy alcanzamos la Ciudad Prohibida en Pekín! Pero primero, desayunar, resulta que ahora dicen que no está incluido y nos piden otros 200 yuan, decimos que no y que sólo estamos dispuestos a pagar 100 yuan. A la primera dice que “vale”, lo que nos da una idea del PEDAZO DE MARGEN que han tenido con nosotros. Salimos hacia La Muralla, dejamos las bicis candadas, sacamos los “tickets” (40 yuan) y ala, a patear pa’arriba. Elvira no se ha puesto las zapatillas de la bici y acierta, no así el resto. La muralla se extiende por las cumbres de las montañas del lugar, es de piedra irregular y salva desniveles considerables. Entre el calzado y la multitud es difícil andar pero merece la pena, es impresionante! El calor es sofocante y la sudada que llevamos encima va acorde. Nos tomamos un helado, inmortalizamos el momento y ya vale de muralla. Al bajar vemos una anuncio que dice “ICE-Coffe”, vamos como becerros, sólo hay occidentales y por primera vez en China, nos sablan (40 yuan por café!). En fin, montamos en las bicis y nos ponemos en marcha, camino irremediablemente a Pekín. Carretera sinuosa de montaña, pero es cuesta abajo. Resulta que pedaleamos por el recorrido de la prueba de ciclismo en ruta, esa donde Samuel Sánchez, días después, se proclamara campeón olímpico, lo que hace el recorrido más excitante, si cabe. Empieza a llover y decidimos para, y de paso comer. Otra vez hasta arriba… Es pronto y no tenemos prisa así que disfrutamos de la sobremesa y gastamos los últimos “CoffeKing”. Nos ponemos en marcha de nuevo, tenemos un carril bici impresionante, donde los coches no pueden circular y no lo dejaremos ya hasta el final de la ruta. Eso sí, a medida que nos acercamos al área metropolitana, el tráfico se vuelve más denso y caótico. Tanto que hay que andar con cuidado para no ser atropellado, chocar o atropellar a alguien. La G110 (Badaling Expressway) nos lleva directos a Tian’anmen según recordamos de un mapa que nos habían enseñado a la mañana en Badaling. No tenemos mapa de la ciudad así que tratamos de no perder la ruta aunque el sector más crítico (David y Elvira) ponen en duda el camino que seguimos cuando atravesamos los anillos exteriores de la ciudad. Son rotondas subterráneas, cruces con mucho tráfico, pasarelas elevadas y no es fácil continuar paralelos a la G110 pero lo conseguimos. Divisamos las murallas del Palacio Imperial (Ciudad Prohibida) y cogemos la calle paralela para recorrerla hacia el Sur. Estamos muy cerca y la excitación se apodera de nosotros, lo vamos a conseguir! Llegamos a un semáforo tras el cual nos jugamos el tipo entre bicis, transeúntes, motocarros, bicimotos, coches, trolebuses, autobuses, etc. pero conseguimos atravesar el cruce, aunque perdemos a Elvira, que no arriesga tanto. Queremos llegar todos a la vez y esperamos a Elvira, que aparece entre el enjambre del tumultuoso cruce pletórica y con los brazos en alto. Tras el susto, fijamos de nuevo la vista al frente y la vemos, está ahí, a escaso metros: EL ANSIADO DESTINO, la plaza de Tian’anmen., hemos llegado! Avanzamos hasta estar frente a la Puerta del Cielo y el retrato de Mao. Ahora sí: META. Paramos y nos felicitamos mutuamente. Hacemos caso omiso de la guardia militar y nos detenemos un momento para disfrutar, saborear y, cómo no, inmortalizar el momento. Ulan Bator, La Estepa, El Gobi, los pinchazos, los problemas, la policía China, las letrinas, el dolor de culo, de piernas, …, todo queda atrás, estamos en Tian’anmen, en Pekín. Lo hemos logrado! Bravo!